Durante la fase Ticomán, las formas cerámicas son simples y elegantes con una clara influencia de Chupícuaro, Guanajuato, de esta fase se tienen ollas, de la misma manera se encuentran presentes formas como tecomates, cajetes arriñonados, cajetes de silueta compuesta, platos, vasos, cazuelas y braseros. En cuanto a las decoraciones, se aprecian los elementos geométricos, tales como las líneas quebradas onduladas y una variedad de diseños terminados en curvas. Presentan pintura en tonos bicromos como negro sobre rojo o rojo sobre crema.
Las figurillas de esta etapa son de cuerpo delgado y cuadrado, el fileteado es una de las características de rasgos en la cara, adornos, brazos y piernas. Una de las particularidades de estas piezas del Preclásico es que no siempre fueron elaboradas con un fin estético, sino con el propósito de recrear los fenómenos trascendentales de la vida cotidiana y sagrada de los pueblos. Ejemplo de esto es la pieza que continuación se describe donde se distingue la libertad de la postura, ya no de pie y con los brazos extendidos y rígidos, una pieza que demuestra la relajación de la vida cotidiana.
La pieza se muestra con un acabado de superficie pulido y representa a un personaje sentado cuyo cuerpo es cilíndrico; el ombligo fue resaltado por medio de la técnica de punzonado, su brazo derecho se encuentra extendido y una de sus manos descansa en la pierna derecha, mientras que su brazo izquierdo se encuentra flexionado y la otra mano se posa sobre su hombro izquierdo. Sus manos no se encuentran definidas. La pierna derecha está flexionada, y el pie no se muestra definido; en cuanto a su pierna izquierda – mucho más larga – está levantada y doblada; y su pie, no definido, toca el lado izquierdo de la espalda. La mano y el pie izquierdos llegan a tocarse. Su cabeza es ovalada, voltea hacia la izquierda y mira hacia arriba. En cuanto a la cara, ésta es pequeña y redondeada, los ojos son líneas delgadas realizadas por medio de la incisión, con esta misma técnica fue realizada la boca de forma alargada. Rodean a la cara elementos como líneas incisas rectas y en disposición horizontal, las cuales resaltan el rostro pequeño.
Su peinado consiste en borlas redondeadas, ubicadas a la altura de la frente, una a cada lado y elaboradas a partir de bolitas de cerámica; se aprecia también una borla redondeada en la parte posterior de la cabeza, realizada por la misma técnica que las anteriores. Entre estas borlas se observan líneas incisas simulando el cabello del personaje. Como parte de su vestimenta se tienen dos bandas que rodea parte de la cintura y otra que cubre sus partes íntimas. Se observan sectores con pigmento rojo como el codo del brazo izquierdo, pierna derecha e izquierda y espalda.
Lo especial de esta figurilla es como ya se mencionó, la libertad en cuanto a la postura y la expresión.
Durante la fase Ticomán, las formas cerámicas son simples y elegantes con una clara influencia de Chupícuaro, Guanajuato, de esta fase se tienen ollas, de la misma manera se encuentran presentes formas como tecomates, cajetes arriñonados, cajetes de silueta compuesta, platos, vasos, cazuelas y braseros. En cuanto a las decoraciones, se aprecian los elementos geométricos, tales como las líneas quebradas onduladas y una variedad de diseños terminados en curvas. Presentan pintura en tonos bicromos como negro sobre rojo o rojo sobre crema.