El tiempo en las cosas II. Salas de Arte Contemporáneo
Cazoleta de sahumador | El tiempo en las cosas II. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla
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Cazoleta de sahumador

Cultura Teotihuacana
Región Altiplano Central
Período 3 Clásico tardío
Período 4 Clásico tardío
Año 600-1000 d.C.
Técnica Barro alisado y pulido con engobe rojo y estuco.
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 188
Período Clásico tardío
Medidas 3.8   cm
Ubicación Salas de Arte Contemporáneo. Piezas Prehispánicas
Investigador

Los sahumadores son objetos que asemejan una cuchara de gran tamaño, siendo la sección que funciona como recipiente una cazoleta hemisférica. Se podían sostener gracias a un mango tubular hueco, que en ocasiones podía presentar una decoración en su parte proximal. Recibían el nombre en náhuatl de tlémaitl, cuya traducción sería “mano de fuego”.

En el Altiplano Central los sahumadores aparecen en la etapa tardía del periodo Clásico, después del abandono de Teotihuacán en lo que se conoce como fase Proto-Coyotlatelco (750-800 d.C.). Los arqueólogos han hallado fragmentos de estos objetos en contextos habitacionales y como parte de ofrendas depositadas junto con entierros humanos. Estas piezas son de carácter ceremonial y se utilizaban para quemar resinas como el copal, con lo cual se provocaba la liberación de un humo aromatizado con connotaciones religiosas utilizado durante las ceremonias, aunque también se usaban con el propósito de purificar espacios como las casas, o incluso objetos específicos, como las estatuas de las deidades veneradas.

La pieza que aquí nos ocupa es un fragmento de un sahumador. Lo que queda es la cazoleta completa y un fragmento del mango tubular hueco con el que se sostenía. Los materiales que se utilizaban para sahumar o aromatizar en los rituales iban colocados al interior de esta cazoleta. Sus paredes son recto-divergentes, con fondo y base planos y un borde redondeado. En su interior se observa la sección donde el mango tubular fue añadido por una protuberancia de barro. También se observa un color cenizo oscuro, el cual se debía a que, para realizar el mando, una pequeña vara era recubierta con barro, la cual en el proceso de cocción quedaba carbonizada y generaba un color negruzco en el interior del mango del sahumador.

En la manufactura de este objeto se utilizó un barro anaranjado al que después de la cocción se le aplicó una cubertura delgada de estuco en tres cuartas partes del cuerpo de la cazoleta de la pared exterior, el cual se encuentra sumamente erosionado, dejándose entrever apenas un tenue color blanco.  Posteriormente, se colocó una banda ancha de engobe rojo que cubre la parte externa del borde de la pieza. Cabe destacar que la pieza fue alisada en su totalidad y sobre la banda roja del borde se aplicó un pulido burdo.

Por sus características, no es posible decir exactamente a qué área y temporalidad pertenece, sin embargo, sus características un tanto burdas nos permiten sugerir que se trata de una pieza que bien pudo haberse realizado en la etapa final del periodo Clásico o durante el periodo Posclásico, en contextos arqueológicos del centro de México. Por ejemplo, en Tlatelolco y Tenochtitlán, se han localizado innumerables piezas de este tipo depositados en grupo como ofrendas. Pero, para ese momento los sahumadores ya presentan una decoración más compleja que incluye el calado de la cazoleta y la decoración del mango tubular con figuras de animales.

Los sahumadores son objetos que asemejan una cuchara de gran tamaño, siendo la sección que funciona como recipiente una cazoleta hemisférica. Se podían sostener gracias a un mango tubular hueco, que en ocasiones podía presentar una decoración en su parte proximal. Recibían el nombre en náhuatl de tlémaitl, cuya traducción sería “mano de fuego”.

Obras de la sala

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