Esta pieza consiste en un obelisco de 6 metros de altura sobre una base con ruedas. Con este gesto sutil e irónico –características constantes de su obra–, Damián Ortega plantea una crítica a la conmemoración oficialista de hechos y eventos, materializada muchas veces en objetos y edificaciones de índole monumental. Debido a su cualidad móvil, el Obelisco transportable funciona como un monumento que permite conmemorar cualquier cosa y en cualquier lugar.
Desde el Antiguo Egipto, los obeliscos se han utilizado para representar triunfos o celebrar un acontecimiento histórico significativo. Al alterar su estatismo, Ortega evidencia la artificialidad del culto que ostentan estos grandes monumentos. Por otro lado, el hecho de que sea transportable señala una práctica común en la historia del patrimonio cultural: el constante hurto y descontextualización de piezas de países usualmente no occidentales, que son desplazadas a países colonialistas como recuerdo de su poderío o incluso como mera decoración. De esta manera, el Obelisco transportable vuelve visibles, a partir de un gesto lúdico y sencillo, dinámicas de poder y de la construcción de la memoria histórica habituales en Occidente.
https://www.publicartfund.org/exhibitions/view/obelisco-transportable/
Esta pieza consiste en un obelisco de 6 metros de altura sobre una base con ruedas. Con este gesto sutil e irónico –características constantes de su obra–, Damián Ortega plantea una crítica a la conmemoración oficialista de hechos y eventos, materializada muchas veces en objetos y edificaciones de índole monumental. Debido a su cualidad móvil, el Obelisco transportable funciona como un monumento que permite conmemorar cualquier cosa y en cualquier lugar.