Este fragmento es una parte de una vasija efigie, o mejor conocido como “urna” zapoteca. Este nombre se debe a que la mayoría de este tipo de cerámica se encuentra en las tumbas funerarias. No obstante, el término “vasija efigie” es más adecuado porque no hay ningún ejemplo que contenga restos humanos incinerados, además, hay piezas, aunque sean pocas, que se hallaron fuera del contexto mortuorio. De hecho, los zapotecos no acostumbraban quemar a los difuntos. La estructura principal de una vasija efigie consiste en un vaso cilíndrico adherido a una escultura de figura antropomorfa.
La pieza está rota, sólo queda la cabeza y falta su cuerpo. Tiene ojos almendrados con el rabillo hacia arriba, una máscara bucal en forma de una trompa que sale hacia arriba con colmillos y una lengua bífida. Existen varias vasijas efigie que llevan este tipo de máscara bucal. Por ejemplo, la vasija efigie que se descubrió en el barrio zapoteco de Teotihuacán por el arqueólogo René Millon en 1967, porta la misma máscara bucal. Alfonso Caso e Ignacio Bernal, dos eminentes arqueólogos mexicanos, asocian las figuras de esta máscara con dios Quetzalcóatl del centro de México por su relación con la serpiente y la analogía visual de la máscara de dicho dios cuando aparece como el dios del viento Ehécatl. Por su parte, el investigador canadiense, especialista en vasijas efigie zapotecas, Adam Sellen señala la semejanza entre esta máscara y la forma de la boca del glifo zapoteco “serpiente” (glifo Y en la nomenclatura de Caso) más que la máscara bucal de Ehécatl-Quetzalcóatl.
El personaje tiene unas orejeras redondas con un colgante en forma de cruz que se trata del glifo Épsilon o “sangre”. El glifo sangre suele aparecer como orejeras al igual que en esta pieza, por lo que posiblemente tiene relación con el acto de autosacrificio de sacarse la sangre desde el lóbulo de la oreja.
Tiene un tocado adornado con unas volutas en los lados y un glifo en medio. Las volutas podrían representar las nubes. El glifo tiene las mismas volutas a sus lados, y arriba de él hay un objeto alargado que podría ser una pluma o una espiga de maíz. Es el glifo C, el cual se representa con un vaso lleno de agua cortado transversalmente. No solamente la mayoría de las vasijas efigie con la máscara bucal de serpiente portan el glifo C en su tocado, sino que éste es también el emblema del dios Cocijo: dios del rayo y lluvia entre los zapotecos. La serpiente, la sangre sacrificial, las nubes, la espiga de maíz, el agua y la lluvia, todos estos son elementos asociados a la fertilidad.
Este fragmento es una parte de una vasija efigie, o mejor conocido como “urna” zapoteca. Este nombre se debe a que la mayoría de este tipo de cerámica se encuentra en las tumbas funerarias. No obstante, el término “vasija efigie” es más adecuado porque no hay ningún ejemplo que contenga restos humanos incinerados, además, hay piezas, aunque sean pocas, que se hallaron fuera del contexto mortuorio. De hecho, los zapotecos no acostumbraban quemar a los difuntos. La estructura principal de una vasija efigie consiste en un vaso cilíndrico adherido a una escultura de figura antropomorfa.