Hay una serie de figurillas talladas de piedra verde que se conocen con el nombre de “penates”. Se encuentran comúnmente en la Mixteca Alta, Oaxaca. Son pequeñas figurillas de 10 a 15 centímetros, aunque hay algunos ejemplos que miden alrededor de 40 centímetros. El término “penates” viene de la mitología romana que se referían a los dioses de los hogares, quienes protegen la casa, dado que estas piezas mixtecas se encontraban quemadas dentro de casas habitación, se pensaba que se trataba de deidades domésticas, aunque en realidad se han encontrado también en tumbas y en ofrendas de templos.
En general, son figuras prismáticas de piedra dura semipreciosa verde (también hay de otros colores) de posición sedente con brazos cruzados sobre el pecho. Aunque hay excepciones, la mayoría cruza el brazo derecho arriba del izquierdo. Asimismo, hay piezas que no tienen los brazos cruzados sino tienen los puños o las manos juntados frente al pecho. La figura, por lo regular, se divide en dos partes de casi la misma medida; la parte superior ocupa la cabeza con tocado y la inferior el resto del cuerpo, es decir, la cabeza y el cuerpo miden el mismo tamaño.
Una de las deidades que ha sido más representada en los penates es Dzahui (se escribe también Dzavui o Savui): dios de la lluvia entre los mixtecos, quien es el equivalente al Tláloc de los nahuas. En las dos culturas, a pesar de tener su propio nombre, este dios se representa de manera casi idéntica. Su característica iconográfica consiste en la presencia de unos anillos alrededor de los ojos o anteojeras, una placa llamada “bigotera” en la boca cuyas extremidades se curvan hacia fuera y unos colmillos prominentes. Aunque esta pieza está muy erosionada, se aprecian los aros en los ojos, la bigotera y los colmillos. Sin lugar a dudas, está representando al dios de la lluvia Dzahui.
Dzahui era una deidad muy importante entre los mixtecos. De hecho, los mixtecos se llaman a sí mismos Ñuu Dzahui, la gente de la lluvia o el pueblo de la lluvia y el signo toponímico de la región Mixteca es una cabeza de dicho dios sobre un cerro. Dzahui era tan importante que después de la Conquista, el término Dzahui se convirtió en la palabra genérica para referir el “ídolo”.
Es el dios de la lluvia, del relámpago, del rayo, de la tormenta, del río y del mar. Dzahui juega un papel importante en los códices mixtecos prehispánicos. Por ejemplo, purifica al señor 8 Viento, gran fundador de varios linajes destacados mixtecos, antes de tomar el poder. También una abreviación del rostro de Dzahui es el signo del día lluvia que corresponde al decimonoveno día del calendario ritual de 260 días.
La técnica de tallar los penates es una combinación de incisión y taladrado. En esta figura vemos los anillos en los ojos, las pupilas, las orejeras y los adornos en el tocado que están hechos con taladros; todas las otras partes son incisas. Entre las piernas tiene un corte muy profundo. Se piensa que los penates representan a los ancestros muertos debido a que la mayoría tiene los ojos cerrados, elaborándose para fines de culto doméstico, no obstante, existen ejemplos con los ojos abiertos y atributos de Dzahui, como esta pieza, que pueden tener otros significados dependiendo del contexto y de la forma.
Hay una serie de figurillas talladas de piedra verde que se conocen con el nombre de “penates”. Se encuentran comúnmente en la Mixteca Alta, Oaxaca. Son pequeñas figurillas de 10 a 15 centímetros, aunque hay algunos ejemplos que miden alrededor de 40 centímetros. El término “penates” viene de la mitología romana que se referían a los dioses de los hogares, quienes protegen la casa, dado que estas piezas mixtecas se encontraban quemadas dentro de casas habitación, se pensaba que se trataba de deidades domésticas, aunque en realidad se han encontrado también en tumbas y en ofrendas de templos.