El tiempo en las cosas II. Salas de Arte Contemporáneo
Hombres tlacuaches abrazados | El tiempo en las cosas II. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla

Hombres tlacuaches abrazados

Cultura Tlatilco
Región Valle de México
Período 3 Preclásico medio, fase Manantial
Período 4 Preclásico medio, fase Manantial
Año 1000-800 a.C.
Técnica Barro modelado y bruñido
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 325
Período Preclásico medio, fase Manantial
Ubicación Salas de Arte Contemporáneo. Piezas Prehispánicas
Investigador

Como en el caso de las otras figuras de este tipo en la colección del Museo Amparo, esta escultura de barro alude a la fusión del hombre y el tlacuache pero con detalles distintos. Comparte el hocico puntiagudo, los dientes filosos, las pequeñas orejas redondas, los brazos cortos o patas delanteras y la misma cola extrañamente corta. La diferencia notable es que se trata de un par de esos personajes fantásticos, en una postura distinta: enderezados y abrazados.

Aparte del tema de la metamorfosis hombre-tlacuache, está vivamente expresado el de la dualidad. Los dos seres son similares pero diferenciados por el color, uno pintado enteramente de rojo y el otro con el tono natural del barro y con una pintura facial roja.

El enfrentamiento y la complementariedad que articulan el pensamiento se expresan de diversas maneras en el arte de Tlatilco, con las máscaras divididas entre vida y muerte o las figurillas con dos caras o dos cabezas. En esta obra, cada personaje evoca la fusión plena hombre-tlacuache pero entre ellos opera la diferencia, ¿como complementos o como opuestos?, ¿se abrazan o se enfrentan? A menos de que, por medio del color, se quiera sugerir pasos distintos de un mismo proceso de transformación. Es ciertamente una efigie enigmática alejada de toda expresión anecdótica.

Como en el caso de las otras figuras de este tipo en la colección del Museo Amparo, esta escultura de barro alude a la fusión del hombre y el tlacuache pero con detalles distintos. Comparte el hocico puntiagudo, los dientes filosos, las pequeñas orejas redondas, los brazos cortos o patas delanteras y la misma cola extrañamente corta. La diferencia notable es que se trata de un par de esos personajes fantásticos, en una postura distinta: enderezados y abrazados.

Obras de la sala

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