El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo
The Erratic. Measuring Compensation | El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla
The Erratic. Measuring Compensation | El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla
The Erratic. Measuring Compensation | El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla
The Erratic. Measuring Compensation | El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla
The Erratic. Measuring Compensation | El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla
The Erratic. Measuring Compensation | El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla
The Erratic. Measuring Compensation | El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla
The Erratic. Measuring Compensation | El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla
The Erratic. Measuring Compensation | El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla
The Erratic. Measuring Compensation | El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla
The Erratic. Measuring Compensation | El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla
The Erratic. Measuring Compensation | El tiempo en las cosas I. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla

Jorge Satorre

The Erratic. Measuring Compensation

Período Siglo XXI
Año 2009-2010
Período Siglo XXI
Año 2009-2010
Técnica

Vaciado en yeso, fragmento de piedra y lápiz sobre papel

Medidas extra

Dimensiones variables

Investigador
The Erratic. Measuring Compesation es el resultado de un proyecto artístico en el que Jorge Satorre restituyó simbólicamente parte de un proceso geológico industrial. En 2010, mientras el artista formaba parte de la residencia Portscapes en Róterdam, el puerto Maasvlakte —el más grande de Europa— atravesaba por un proceso de expansión que desde 2008 contempló extender su superficie original en un 20%, lo que implicó construir 2,000 hectáreas más de su zona por encima del mar. Dado que la ciudad portuaria carece de materiales minerales primigenios, las autoridades a cargo compraron y trasladaron cerca de 5 millones de toneladas de piedras provenientes de Noruega, para hacer posible la construcción de muros y diques. De hecho, las rocas originales que dan forma al puerto, conocidas como “erráticas”, se desplazaron naturalmente hace miles de años a través de glaciares provenientes de Escandinavia, cuando el territorio que actualmente ocupa Europa estaba bajo el hielo.