El movimiento de Independencia significó cambios sustanciales para la vida política, económica y cultural del país. El proceso de transformación en las formas usuales de producción de objetos artísticos fue paulatino; mucha gente siguió siendo fiel a sus imágenes religiosas y continuó destinando parte de sus recursos a la creación de piezas de culto y devocionales. Algunas veces se incorporaron nuevos materiales y tecnologías para ello, como el algodón en vez de lino como soporte pictórico, o la incorporación de nuevos pigmentos.
Sin embargo, se dio un nuevo impulso a las temáticas profanas como los bodegones y los paisajes; y se buscó mayor comodidad y lujo en algunos aspectos de la vida cotidiana, los muebles se hicieron más cómodos y poco a poco cambiaron las formas de convivencia, volviéndose más seculares.