Salas de Arte Virreinal y Siglo XIX
Mancerina de plata | Salas de Arte Virreinal y Siglo XIX | Museo Amparo, Puebla
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Anónimo

Mancerina de plata

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Región México
Período 3 Siglo XIX
Período 4 Siglo XIX
Año Ca. 1830-1850
Técnica Plata en su color, laminada, calada, grabada, fundida y cincelada 
No. registro VS.AU.035
Período Siglo XIX
Medidas

Plato. Alto: 6.5 cm; diámetro: 19.1 cm; orilla: 2 cm. Pocillo. Alto: 5.3 cm, diámetro: 6.5 cm 

Investigador

Inscripciones y/o leyendas

M.A.O.

M.A.O.

Plato liso y circular con orilla amplia y elevada en escalón, recipiente ligeramente cóncavo y asiento central compuesto por 24 gallones radiales y relevados en torno a una plataforma lisa que sirve de pedestal al pocillo, provista de cabeza de clavo en medio que encaja en el ojal del fondo del cestillo. Con escotadura peraltada para acoplar el asa de la taza destinada al chocolate, el pocillo está trabajado en plancha de plata calada y grabada con hojas y tallos en roleos de ritmo sinuoso que confluyen, en el lado opuesto a la escotadura, en una rosa abierta. Sus pétalos orlan una placa elíptica, sobrepuesta en su centro, que, siguiendo la costumbre generalizada de dejar constancia del nombre del propietario de la pieza, lleva las iniciales incisas M. A. O. Como es habitual, la mancerina está incompleta, ya que no se ha conservado la taza o jícara a juego con ella.

Piezas muy difundidas en México desde el siglo XVIII, la mancerina consistía en una bandeja o salvilla con un pocillo central o una abrazadera circular en el centro donde se encajaba y aseguraba la jícara, vasija pequeña, general­mente de loza, que se empleaba para tomar chocolate.

Su depurado diseño y elegancia de líneas en este caso, patente en su belleza estructural y en la contención del ornato, unido al anillado sogueado trabajado con procedimientos mecánicos que recorre los bordes del plato y del pocillo y a la caligrafía con letra cursiva inglesa de las iniciales, nos hablan de una obra concebida dentro de la corriente neoclásica de mediados del siglo XIX. Ejemplares paralelos han sido clasificados por la profesora Esteras en el Museo Franz Mayer de México, en el Museo Nacional de la Historia, en la antigua colección de Lawrence Anderson y en la de Salvador Ugarte, todas ellas ensayadas por Cayetano Buitrón dentro de su período de ejercicio (1823 y 1843)[1].

La pieza podría fecharse en este caso en el segundo cuarto del siglo XIX, aunque por sus características nos atrevemos a situarla en torno a 1830-1850.  La ausencia de marcas y las diferencias que se observan en la orilla, en el cerco de gallones del asiento y en el cestillo, calado y sin relieves figurativos fundidos, podrían obedecer a una hechura fuera de los obradores capitalinos, quizás en la propia ciudad de Puebla.

 

[1]. Cfr. Valle-Arizpe, 1941: fig. 115. I y III; Anderson, 1941: tomo II, fig. 163; Esteras Martín, 1989: pp. 374-375, nº 123; y 1992: pp. 324-325, nº 147; y AA VV, 1997: pp. 316-317, nº 167-168.

 

Fuentes:

AA VV, Tesoros de México. Oro precolombino y plata virrei­nal, Sevilla, Fundación El Monte, 1997.

Anderson, Lawrence, El arte de la platería en México, 1519-1936, Nueva York, Oxford University, 1941.

Valle Arizpe, Artemio de, Notas de Platería, México, Polis, 1941.

Esteras Martín, Cristina, “Platería virreinal novohispana. Siglos XVI-XIX”, en El arte de la platería mexicana. 500 años, México, Centro Cultural Arte Contemporáneo, 1989.

_____, La platería del Museo Franz Mayer. Obras escogidas. Siglos XVI-XIX, México, Museo Franz Mayer, 1992.

Plato liso y circular con orilla amplia y elevada en escalón, recipiente ligeramente cóncavo y asiento central compuesto por 24 gallones radiales y relevados en torno a una plataforma lisa que sirve de pedestal al pocillo, provista de cabeza de clavo en medio que encaja en el ojal del fondo del cestillo. Con escotadura peraltada para acoplar el asa de la taza destinada al chocolate, el pocillo está trabajado en plancha de plata calada y grabada con hojas y tallos en roleos de ritmo sinuoso que confluyen, en el lado opuesto a la escotadura, en una rosa abierta. Sus pétalos orlan una placa elíptica, sobrepuesta en su centro, que, siguiendo la costumbre generalizada de dejar constancia del nombre del propietario de la pieza, lleva las iniciales incisas M. A. O. Como es habitual, la mancerina está incompleta, ya que no se ha conservado la taza o jícara a juego con ella.

Obras de la sala

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