La forma en la que cada cultura representa a la persona refleja muchas de las ideas y concepciones del mundo. A pesar de que la realidad es una, cada grupo resalta elementos particulares e ignora muchos otros. Estas diferencias son las que nos permiten en el presente diferenciar las piezas que realizaron una y otra cultura.
En el caso de la cultura colimense es común la representación de rostros alargados y muchos de ellos emplean una fórmula común de las sociedades del preclásico: los ojos de grano de café. Esta solución consiste en colocar un círculo al pastillaje con una incisión en medio, parecido a un grano de café, para simular el ojo.
El caso de la pieza 18 de la Colección del Museo Amparo corresponde a una “Figurilla copete ancho” de la tipología propuesta por Carolyn Baus Reed Czitrom, la cual se caracteriza por una cabeza alta y un tocado que se ensancha en la parte superior. Cabe destacar que, posiblemente, esta pieza no provenga directamente de la región del río Armería, ya que presenta una serie de inconsistencias como es el tamaño reducido del cuerpo, la decoración profusa de un solo color y la distinción de los dedos de las manos con incisiones profusas. Muchas de estas características se pueden encontrar en otras culturas, como se aprecia en las piezas provenientes de Nayarit y de Michoacán, por lo que es posible que esta pieza provenga de un sitio intermedio.
La pieza representa a una persona arrodillada. Los pies están ligeramente separados, el torso es recto, el brazo izquierdo se encuentra extendido hacia un lado y el derecho se encuentra pegado al hombro y tienen una gran cabeza que corresponde a más de la mitad de la pieza.
La cabeza es alargada de forma tubular. Los ojos y la boca se crean con un círculo con una incisión horizontal y son colocados al pastillaje. Asimismo, posee una gran nariz triangular, la cual fue colocada con la misma técnica que los ojos. En la parte superior, simulando un tocado, se ensancha la pieza y se coloca una tira con incisiones diagonales. Además, a cada lado de la cabeza se colocaron dos orejeras circulares.
El torso es cuadrangular y de la esquina superior izquierda surge dos cilindros aplanados en el extremo distal con grandes incisiones verticales, simulándose con ello la mano y los dedos. La mano derecha se encuentra pegada al hombro, distinguiéndose únicamente las grandes incisiones que componen los dedos, con lo cual se intenta simular que está doblada.
Asimismo, en la zona superior del pecho, se colocaron dos esferas simulando los senos. Aunque la izquierda es muy visible, la esfera del lado izquierdo se confunde con la mano, siendo difícil distinguir una y otra.
La pieza se encuentra abultada en la sección inferior del torso, simulando el vientre de la persona y de ahí se proyectan al frente dos cilindros, doblándose a los pocos centímetros hacia atrás, representándose con ello que la persona se encuentra arrodillada, una posición poco común en este estilo de figurillas.
Lo más llamativo de la pieza es la pintura que posee. Toda la figurilla se encuentra cubierta con un engobe claro. Desde la parte inferior del vientre se colocó una línea roja muy viva, casi anaranjada, que cubre por completo las piernas. Asimismo, con la misma pintura se cubrió la parte inferior del rostro, a partir de la nariz y la banda del tocado.
Llama la atención las innovaciones de esta pieza, tanto en la posición, como en la delimitación de los dedos y el color anaranjado que emplea, siendo el resultado, posiblemente, del contacto de las culturas colimenses con otros grupos de occidente.