En la cerámica de Tlatilco se identifican tres tipos diferentes. Uno es el estilo local que se comparte con otros grupos aldeanos de la zona; otro es una serie que se asemeja a la cerámica del Occidente de México, especialmente al estilo Capacha de Colima; y el último es el tipo que se asocia con la cultura olmeca de la costa del Golfo. Este vaso cilíndrico pertenece, sin duda, al último grupo.
Durante el periodo Preclásico medio, la época del esplendor de la cultura olmeca en la costa del Golfo, no solamente Tlatilco, sino también varias regiones de Mesoamérica tuvieron la influencia de dicha cultura. Lo interesante de este fenómeno es que siempre coexisten, junto con los artefactos de estilo olmeca finamente elaborados, las producciones locales.
El vaso cilíndrico es la forma típica de la cerámica del estilo olmeca. Aunque los motivos no son ninguno de los símbolos del repertorio iconográfico olmeca como otros vasos que llevan la cruz de San Andrés, la ceja flamígera, la mano-ala-pata o la cabeza de dragón, por la forma del vaso y la técnica empleada de la decoración mediante líneas gruesas esgrafiadas después de la cocción, puede asociarse con el estilo olmeca. Posiblemente es una copia elaborada por los alfareros de Tlatilco.
En la cerámica de Tlatilco se identifican tres tipos diferentes. Uno es el estilo local que se comparte con otros grupos aldeanos de la zona; otro es una serie que se asemeja a la cerámica del Occidente de México, especialmente al estilo Capacha de Colima; y el último es el tipo que se asocia con la cultura olmeca de la costa del Golfo. Este vaso cilíndrico pertenece, sin duda, al último grupo.