Vasija en forma de mujer

El arte de Tlatilco se caracteriza por su gran producción alfarera. Casi no se encuentran otros tipos de artefactos. Una de las cerámicas representativas de Tlatilco es la vasija-efigie negra pulida, en la que se elaboran las figuras por medio del modelado a mano. A éstas se les agregan algunos detalles mediante líneas y puntos de incisión aplicados antes de la cocción. Estas vasijas fueron elaboradas para enterrarlas junto con los muertos como ofrenda.

La característica de esta serie de vasijas-efigie de Tlatilco es la ausencia casi total de representaciones de alguna deidad o símbolos religiosos. Las formas que predominan son las figuras zoomorfas, tales como peces, patos, ranas, aves, perros, tlacuaches, armadillos, etcétera, que se encuentran en el entorno lacustre de la Cuenca de México. Asimismo, existen representaciones de figuras antropomorfas o seres fantásticos como las piezas mencionadas. En cuanto a la figura humana, hay más representaciones de mujer que de hombre, dado que, al igual que en muchas culturas, las mujeres representan la fertilidad.

La imagen tiene forma de figura humana en la posición sedente y jorobada. Por las dos pequeñas protuberancias en el pecho que representan los senos, podemos identificar que se trata de una mujer. Sus brazos y sus piernas son muy delgados, la mano derecha está colocada en el seno y la izquierda en la rodilla. Sobre la orilla de las orejas tiene varios puntitos excavados que indican que portaba argollas. Sus ojos rasgados se elaboran mediante una línea incisa entre dos abultamientos.

Esta es la forma común de algunos de los tipos típicos de las figurillas de Tlatilco. Lo curioso es que en lugar de la boca, tiene pico de ave o pato que desafortunadamente tiene rota la parte inferior. Sobre la cabeza tiene pegado un elemento alargado y punteado que representan un mechón de pelo o una escarificación, o una huella de pústula.