Cultura | Mixteca |
Región | Oaxaca |
Período | Posclásico |
Año | 900-1521 d.C. |
Período 9 | Posclásico |
Año | 900-1521 d.C. |
Técnica | Barro modelado, alisado y pintado con incisiones |
Medidas | 10.3 x 23.6 cm |
Ubicación | Bóveda Prehispánico |
No. registro | 52 22 MA FA 57PJ 216 |
Investigador |
Durante el Posclásico, sobre todo en su etapa tardía, es decir del 1350 a 1521 d.C., existió una tradición cerámica que traspasó las fronteras de lo que se llama el área mixteca, o sea, más allá del área que ocupa, principalmente, el occidente del actual estado de Oaxaca y su frontera con la parte sur de Puebla y el sureste de Guerrero. Esta tradición abarcó también otras regiones circunvecinas como el Valle de Puebla-Tlaxcala, la Cuenca de México y el Valle de Toluca.
Las formas de las vasijas y su decoración, son cualidades que, dentro de esta amplia tradición alfarera, hacen distinguir los estilos y tipos locales del conjunto. Las vasijas trípodes con soportes cilíndricos son muy comunes en la zona mixteca.
El cajete está cubierto de un engobe rojo, un baño de pintura mezclada con una arcilla diluida, también su superficie está bruñida o pulida. Por el color de este engobe es muy posible que tenga como base para dar este tono, un pigmento de origen ferroso, como la hematita, un tipo de mineral muy usado en Mesoamérica para colorear diversos objetos de este rojo intenso. Fue muy usado en diversos soportes, sobre todo, se ha encontrado en pintura mural, como en Teotihuacán, pero es muy común encontrarlo en toda Mesoamérica. En la alfarería su uso es muy indicado, pues sólo los pigmentos de tipo mineral soportan las altas temperaturas. En este sentido, los materiales usados para pintar las vasijas tienen que ser de este origen, pues los colorantes orgánicos, llámense animales o vegetales, se carbonizan cuando las piezas son sometidas a cocción.
Además de este engobe rojo, tiene una ancha banda negra que cubre las paredes interiores y parte de la base en su circunferencia. Otra cualidad importante es que se excluyó de engobe rojo a los soportes, dejándose ver el color natural del barro sin ningún tipo de recubrimiento. La decoración, en vasijas de este tipo, llega a tener formas muy sofisticadas, más cercanas a modelados escultóricos. Los soportes zoomorfos son motivos muy comunes y recurrentes en este tipo de cajetes trípodes desde el Posclásico tardío.