Esta pictografía acompañó el expediente del juicio inquisitorial en contra de Miguel Tlaylotlac o Pochtecatlaylotlac (junio de 1539 a mayo de 1540). Conocemos que un tlacuilo de la Ciudad de México, llamado Mateos, fue quien denunció a Tlaylotlac ante el obispo fray Juan de Zumárraga, pero no se atribuye en sí la realización de la pintura. Es probable que el tlacuilo dibujara estas imágenes a partir de la descripción que hicieran los testigos convocados en el juicio inquisitorial.
En la pintura se aprecian las representaciones con glosas en náhuatl y español de los bultos sagrados que eran sujetos de idolatría. De izquierda a derecha vemos el de Huitzilopochtli, Cihuacoatl, Telpochtli, Tlatlauhqui, Tezcatlipoca y Tepehua. A éste último se vinculan objetos rituales: una cabeza de ave pintada de verde, un cohuatopilli (bastón de serpiente ondulante, asociado a deidades pluviales) y una especie de estandarte de plumones.
Los bultos y objetos se encuentran acompañados por representaciones de los personajes involucrados en ocultar las reliquias, algunos de ellos ya fallecidos para entonces. En la parte inferior izquierda aparece Tlatolatl, un teopixqui (sacerdote de alto rango) del emperador Motecuhzoma Xocoyotzin que tenía bajo su resguardo el bulto sagrado de Huitzilopochtli, dios tutelar de los tenochcas. Fue él quien lo sacó de Tenochtitlan y lo llevó a Azcapotzalco ante la inminente victoria de los españoles sobre la ciudad en 1521. El tlatoani Hoquicin (Oquitzin) de Azcapotzalco, representado en la parte superior, se encargó de recibir el bulto. Sabemos que en 1524, cuando los gobernantes del centro de México fueron enviados por los españoles a las Hibueras, los bultos volvieron a manos de Tlatolatl, por ello se representan con los ojos cerrados, indicando que para entonces habían muerto, y con la vírgula de la palabra, señal de que entablaron un acuerdo acerca de la ocultación. En Azcapotzalco era Tlilatzin, también representado en la parte superior, el encargado de custodiar los demás bultos representados. Los otros dos personajes eran de rango inferior, a decir por el tamaño de sus cabezas: Maçal (Venado) y Naueca (Nauhecatl, 4 Viento). Éste último era un anciano principal que tenía en custodia las cosas de Tlilantzin y que quedó a cargo de la parcialidad de Azcapotzalco en ausencia de su señor.
Esta pictografía acompañó el expediente del juicio inquisitorial en contra de Miguel Tlaylotlac o Pochtecatlaylotlac (junio de 1539 a mayo de 1540). Conocemos que un tlacuilo de la Ciudad de México, llamado Mateos, fue quien denunció a Tlaylotlac ante el obispo fray Juan de Zumárraga, pero no se atribuye en sí la realización de la pintura. Es probable que el tlacuilo dibujara estas imágenes a partir de la descripción que hicieran los testigos convocados en el juicio inquisitorial.