Freedom Fries: Naturaleza muerta aborda la cultura consumista corporativa, que al mismo tiempo aliena y esculpe el cuerpo humano. Negociando con la renuncia a la autoestima, la pieza apunta a la ironía de cómo nos volvemos prisioneros de nuestros propios cuerpos en nombre de la libertad.
Okón convenció al gerente de un McDonald’s de que le diera acceso a la sucursal para una sesión fotográfica nocturna, y convenció a un cliente leal del McDonald’s para participar como modelo. El retablo de grandiosa inmovilidad alude a las maneras de engañar, hinchar y deshumanizar el cuerpo que tienen las activaciones y las repeticiones compulsivas de la industria de comida rápida corporativa. La cualidad de no-lugar de la locación misma adquiere una naturaleza críptica y simbólica, ya que McDonald’s es, simultáneamente, un apellido de abolengo de la vieja Europa, un cuerpo corporativo abstracto y una réplica que representa a unas 35,000 franquicias y sucursales alrededor del mundo.
Freedom Fries: Naturaleza muerta aborda la cultura consumista corporativa, que al mismo tiempo aliena y esculpe el cuerpo humano. Negociando con la renuncia a la autoestima, la pieza apunta a la ironía de cómo nos volvemos prisioneros de nuestros propios cuerpos en nombre de la libertad.