Esta obra del Museo Amparo representa un tema que fue común desde el siglo XVI, aunque también controvertido por su crudeza y asociaciones simbólicas. Se trata de la imagen de Cristo en el lagar, es decir, el lugar en el que se aplasta la uva para conseguir el mosto y hacer vino. El jugo y la sangre de Jesús se confunden, logrando así una asociación simbólica entre el sacrificio, el dolor y la eucaristía. Es común que Jesús, además de estar sobre el barreño, sea presionado por una prensa, como la que se usaba para las uvas, como lo grabó Jerónimo o Hieronymus Wierix (1553–1619), estampa muy difundida y copiada en el mundo hispánico.
El pintor poblano Juan de Villegas, sin embargo, pintó a Jesús hincado en un orbe que flota en el mosto, mientras aplasta uvas con sus manos. Su cuerpo ha sido ya flagelado, por lo que asoman las heridas en sus hombros, costado y rodillas, así como sangre de la cabeza debido a la corona de espinas. Cristo mira al cielo en donde una filacteria dice “Pater ignoce Illis” o “Padre, perdónalos”, palabras que Jesús dijo ya en la cruz. Se refuerza así el sentido de sacrificio y salvación de la imagen. A los pies del tonel están siete borregos, que quizá simbolizan la grey que se beneficiará de la salvación. Su pintura, que combina elementos más naturalistas con otros relacionados más con los efectos y la claridad, resulta expresiva y directa, pese a su estado de conservación.
Sobre Juan de Villegas hay poca información, y de hecho el estudioso de la pintura poblana Pérez Salazar no lo menciona en su libro. Sin embargo, la investigadora Martha Reta pudo localizar cerca de medio centenar de obras del artista, sobre todo en el estado de Puebla, por lo que seguramente desarrolló su trabajo ahí. Por las fechas y temas de sus obras sabemos que pintó desde más o menos 1709, hasta cerca de 1735, y es importante decir que hay una serie de su pincel en Nueva Zamora de la Laguna de Maracaibo, Venezuela.[1] Algunos de los temas que desarrolló coinciden con éste del Lagar místico, e incluso en una obra usó el grabado de Wierix de la prensa (San Diego Huejotzingo). Realizó también otras piezas de carácter emblemático como el Sagrado Corazón (Museo Soumaya), y otras más bien narrativas, como las escenas de la Vida de la Virgen.[2]
Su firma: “Juan de Villegas” es siempre igual, lo que demuestra una personalidad artística constante, que se trasluce en su estilo personal, que todavía no acusa las novedades de la pintura de la capital del virreinato, que se sintieron con fuerza en la tradición poblana a partir de aproximadamente 1730. Esta pieza del Museo, que se suma a las ya localizadas del artífice, da muestra de su calidad e importancia en Puebla.
[1]. Consultado en julio de 2012. http://www.boletinguadalupano.org.mx/boletin/cultura/BG_2007/lienzo.htm.
[2]. Consultado en julio de 2012. http://www.soumaya.com.mx/navegar/anteriores/Anteriores08/02/Alegor%C3%ADasMisticasdelSagradoCorazon.html
Esta obra del Museo Amparo representa un tema que fue común desde el siglo XVI, aunque también controvertido por su crudeza y asociaciones simbólicas. Se trata de la imagen de Cristo en el lagar, es decir, el lugar en el que se aplasta la uva para conseguir el mosto y hacer vino. El jugo y la sangre de Jesús se confunden, logrando así una asociación simbólica entre el sacrificio, el dolor y la eucaristía. Es común que Jesús, además de estar sobre el barreño, sea presionado por una prensa, como la que se usaba para las uvas, como lo grabó Jerónimo o Hieronymus Wierix (1553–1619), estampa muy difundida y copiada en el mundo hispánico.