El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Imagen de un funeral | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
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Imagen de un funeral

Cultura Tumbas de tiro
Estilo Ixtlán del Río
Región Nayarit
Período Preclásico tardío-Clásico temprano
Año 300 a.C.-600 d.C.
Período 9 Preclásico tardío-Clásico temprano
Año 300 a.C.-600 d.C.
Técnica

Barro modelado, con pastillaje y pintura

Medidas

9 x 17.8 cm (diámetro)

Ubicación Sala 7. La muerte
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 2001
Investigador

Este objeto recuerda a una pieza que se resguarda en el Museo Hudson de la Universidad de Maine, en Estados Unidos, la cual pertenecía previamente a una colección privada en el mismo país y cuya atribución es la cultura de las tumbas de tiro del Occidente mesoamericano, asentada en Nayarit, el sur de Zacatecas, Jalisco, Colima y zonas colindantes de Michoacán, del 300 a.C. al 600 d.C.

Las dos figuran lo que interpreto como un funeral, y dado que seguramente la gran mayoría de las obras de arte de la cultura de las tumbas de tiro que se exhiben y resguardan en el Museo Amparo, tienen un carácter funerario, en el sentido de que fueron ofrendadas a los difuntos y con elevada probabilidad proceden de tumbas del tipo de tiro y cámara, resulta por demás interesante y pertinente que en este Museo se presente una escena de lo que identifico como el ritual de enterramiento que pudo tener lugar en el interior de la cámara mortuoria de la tumba de tiro. Es decir, en ella vemos la recreación de un momento clave para esa sociedad que plasma parte del contexto religioso de sus esculturas y vasijas funerarias.

En términos comparativos con la pieza de Maine, nuestra pieza es más simplificada, si bien, conserva los elementos básicos en cuanto a una escena escultórica cerámica de composición circular con diminutas figuras, en actitud solemne, alrededor de un individuo recostado y tapado con una manta, adheridas a una base circular. En lo particular, la forma triangular invertida de la cabeza permite reconocer su atribución cultural, en tanto que es un rasgo estilístico de una de las numerosas escuelas artísticas zonales que se desarrollaron en el marco de dicha cultura, es así que corresponde con el estilo Lagunillas o “chinesco”, del sur de Nayarit.

La pieza de Maine cuenta con un total de catorce figuras (de una ahora sólo se conserva la parte inferior), todas con ojos; cuatro de ellas alineadas más próximamente al individuo central recostado; además, cerca de la cabeza de éste sobresalen dos recipientes cuyo contenido parece comida. En la nuestra, sólo hay ocho figuras que carecen de ojos y muestran la cabeza aplanada inclinada hacia atrás, a diferencia de las primeras; asimismo se ven más resaltados los aros nasales y están ausentes los platos con comida.

En lo iconográfico, determino que la escena no es una simple reunión en torno a un individuo enfermo, y la clave reside en las vasijas con comida, pues constituyen la ofrenda que los mesoamericanos acostumbraban a poner a sus muertos para que se alimentaran durante la continuación de su existencia y su viaje por el inframundo, pues para ellos la muerte física no significaba un fin definitivo.

De tal modo, la integración de esta obra en el discurso museográfico nos permite aproximarnos al ámbito funerario del arte de la cultura de las tumbas de tiro, a su profunda religiosidad y elocuente carácter colectivo y familiar. Por lo demás, se logra de una manera excepcional, pues no se trata de una reconstrucción académica sino que se basa en una recreación artística legada por el mismo pueblo milenario del antiguo Occidente.

Este objeto recuerda a una pieza que se resguarda en el Museo Hudson de la Universidad de Maine, en Estados Unidos, la cual pertenecía previamente a una colección privada en el mismo país y cuya atribución es la cultura de las tumbas de tiro del Occidente mesoamericano, asentada en Nayarit, el sur de Zacatecas, Jalisco, Colima y zonas colindantes de Michoacán, del 300 a.C. al 600 d.C.

Obras de la sala

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