Cultura | Maya |
Región | Isla de Jaina, Campeche, posiblemente |
Período | Clásico tardío |
Año | 600-909 d.C. |
Período 9 | Clásico tardío |
Año | 600-909 d.C. |
Técnica | Barro enrollado y modelado, con perforaciones |
Medidas | 12.2 x 4.3 x 7.7 cm |
Ubicación | Sala 6. Arte, forma y expresión |
No. registro | 52 22 MA FA 57PJ 1474 |
Investigador (es) |
Este aerófono corresponde a una familia muy especial de instrumentos denominada "aerófonos de muelle de aire" o "aerófonos generadores de ruido". La particularidad de estos instrumentos radica en su complejo mecanismo acústico que, dependiendo la variante, puede generar texturas tímbricas diversas. Las secciones que conforman estos instrumentos se integran por:
1) un canal de entrada de aire;
2) una cámara principal cerrada;
3) un resonador globular; y
4) una cámara tubular con uno o dos orificios de digitación.
Algunas de estas secciones no son visibles desde el exterior y se requiere de radiografías o tomografías para analizar la estructura interna. El sonido se genera cuando el aire proveniente de la boca del ejecutante ingresa por un canal tubular y se dirige a la cámara principal; dado que ésta permanece cerrada, el aire no tiene salida y se encamina hacia la entrada del resonador globular que actúa como un resorte de masa de aire. Éste se contrapone con el aire entrante creando una dinámica compleja de reflexiones, refracciones y sonidos acompañados de ruido (turbulencia). Finalmente, las ondas pasan por una cámara tubular que permite modificar la altura de sonido a través de uno o dos orificios de digitación.
El timbre nasal de este instrumento se asemeja a un oboe o un clarinete; no obstante, carece de lengüeta. En realidad, el timbre nasal se origina por el mecanismo acústico ya mencionado aunado a otros elementos condicionantes como el diámetro de las aberturas, tanto de la salida del canal de ingreso como de la boca del resonador y el ángulo de colocación de éstas, una frente a la otra. Otras variantes de los "aerófonos de muelle de aire" no generan un timbre nasal; por el contrario, tienen altos componentes de ruido que generan sonidos similares al de una caldera o al chillido de una lechuza.
Las flautas de muelle, como ésta, se encuentran principalmente en las culturas del centro-sur de Veracruz y el área maya durante el periodo Clásico y el Posclásico temprano. Generalmente aparecen asociados a espacios domésticos o rituales de la élite por lo que no son tan comunes. En la decoración de estos aerófonos predominan las efigies zoomorfas (aves, monos, venados y sapos) en tanto que las efigies antropomorfas exhiben principalmente al dios maya del Maíz en su modalidad del dios Bufón.
Este ejemplar representa a un perro aunque sólo incluye la cabeza y la cola; está elaborado con un barro cremoso de textura fina y decorado con engobe blanco que posiblemente sirvió de base para algunos pigmentos que ya no se conservaron. Las técnicas de manufactura incluyen el modelado y enrollado; sólo la cabeza fue elaborada a través de un molde. La aparente sencillez de este instrumento contrasta con la complejidad de su mecanismo acústico y la notable destreza del artesano, quien supo ensamblar perfectamente cada una de las secciones para lograr un instrumento extraordinario.
Los instrumentos musicales formaron parte importantísima de la cultura maya, pues la música era esencial a la hora de representar los mitos antiguos, así como en las danzas ceremoniales y rituales realizadas por sacerdotes y gobernantes, tal y como se advierte en algunas representaciones en pintura mural, vasijas y monumentos tallados en piedra. Silbatos, flautas y ocarinas son objetos hallados comúnmente en las ciudades mayas antiguas, formaban parte de los ritos domésticos y de otros más complejos ejecutados por los gobernantes. En este caso, el cuerpo de la flauta fragmentada presenta el diseño de un perro modelado, muy probablemente su presencia tuvo un significado concreto.
OBSERVACIONES.
Flauta fragmentada.