Cultura | Tumbas de tiro |
Estilo | Posiblemente |
Región | Desconocida |
Período | Desconocido |
Período 9 | Desconocido |
Técnica | Concha Spondylus y piedra cortada, tallada y pulida |
Piezas por lote | 3 |
Medidas |
4.3 x .5 x 2.3 cm | 4.3 x .5 x 2.2 cm | 4.3 x .5 x 2.6 cm |
Ubicación | Sala 7. La muerte |
No. registro | 52 22 MA FA 57PJ 1282 |
Investigador |
A mi juicio, los tres pequeños pendientes representan ranas o sapos, están hechos en concha del género Spondylus y cabe la posibilidad de que hayan sido elaborados en el marco de la cultura de las tumbas de tiro, cuyo asiento tuvo lugar en el Occidente mesoamericano entre el 300 a.C. y el 600 d.C.; ornamentos similares en cuanto a forma y materialidad fueron ofrendados a los muertos en ese tipo de recintos funerarios.
En el campo de la cosmovisión que compartieron las múltiples sociedades que integraron Mesoamérica, de estos animales es factible señalar los interesantes valores que tienen como seres que transitan entre dos medios. Las ranas y los sapos son batracios o anfibios, lo cual implica que durante su primera edad viven en el agua, se parecen a los peces y respiran por branquias, luego sufren una metamorfosis, sus aletas se transforman en patas, la respiración se convierte en pulmonar y por tanto en su estado adulto son aéreos. En esta doble cualidad acuática y terrestre se sustenta su asociación con los estratos inferior y medio de la estructura general del universo.
En imágenes pintadas en vasijas cerámicas de la cultura mencionada he identificado bandas con motivos que remiten a la vista superior de ranas o sapos y por su ubicación en la composición indican la frontera entre diseños del inframundo acuático y de la superficie de la tierra. La manufactura en concha de los tres objetos acentúa su vinculación con lo acuoso y asimismo una minúscula piedra verde. Las tres ranas o sapos tienen dos vistas, puesto que en ambos lados tienen marcados los ojos, la boca y los dedos de las cuatro patas; sólo de un lado se ve una excavación en el torso que tal vez presentaba originalmente una incrustación, según puede inferirse porque en la boca de uno hay una piedrita con forma de disco. Respecto a ésta, el color verde y la forma circular y concéntrica remiten a un símbolo mesoamericano del agua.
Las perforaciones en la sección que sobresale de las cabezas indican claramente que los objetos se usaron como pendientes, acaso en collares o incluso en un solo collar, dado el parecido que tienen los tres. Con seguridad ornamentaron individuos de alcurnia elevada; finalmente, conviene destacar el delicado trabajo de un artífice especializado en el trabajo de la concha.