Dentro de los estudios arqueológicos por su presencia abundante en distintos contextos (funerarios, domésticos, rituales) la cerámica es un marcador indispensable para el estudio de las sociedades del pasado.
La pieza que a continuación se describe se trata de cerámica utilitaria, nos estamos refiriendo a un cuenco. Este artefacto, creado para una finalidad práctica tenía el objetivo de contener algún liquido o alimento, para ser tomado con ambas manos. Fue elaborado por alfareros prehispánicos mediante la técnica de modelado con pasta de color bayo o crema de buena consistencia. Sobre esta arcilla se coloco un baño de pintura crema en su parte externa y en su interior y su base se añadió igualmente un engobe de pintura, pero esta de color rojo. Como acabado de superficie final, el cuenco muestra un notable pulido, lo cual le brinda un lustre perceptible a simple vista. Este tipo de añadidos y la bicromía presente en esta pieza, en particular los tonos rojos son distintivos de la cerámica de la transición entre el periodo Clásico (200-900 d.C.) y Posclásico Temprano (900-1200 d.C.) y se hallan presente en regiones como Oaxaca, el Valle de Puebla-Tlaxcala y el Centro de Veracruz.
La decoración, forma y tipo de pasta aquí descrita ha sido relacionada por algunos autores como marcadores arqueológicos propios de las culturas del Occidente de México en el Epiclásico mesoamericano (600-900 d.C.). Este periodo en el Occidente de México (que comprende los actuales estados de Jalisco, Colima, Nayarit y Michoacán) marcó un parteaguas en el desarrollo mesoamericano pues trajo consigo una serie de cambios demográficos y la creación y surgimiento de nuevos asentamientos urbanos posteriores a la caída de Teotihuacán. El Occidente mesoamericano fue desde tiempos tempranos un corredor cultural de comunicación entre las sociedades del centro y sur de Mesoamérica y sudoeste del actual Estados Unidos.
El caso de las sociedades occidentales del universo mesoamericano, en lo general, presentaron cierta autonomía de desarrollo respecto a otras regiones de Mesoamérica. Esto dio como resultado un conjunto de manifestaciones culturales que destacan por la singularidad de sus formas y expresiones pasticas, iconográficas y simbólicas.
El artefacto aquí señalado evidencia la maestría de los alfareros de la región y su dominio y adaptación de las técnicas decorativas de la cerámica, pues como se señaló esta bicromía está presente en otras regiones del mundo mesoamericano, lo cual muestra una amplia capacidad de recepción a nuevas ideas y técnicas por parte de los alfareros del Occidente de México en tiempos prehispánicos.
Dentro de los estudios arqueológicos por su presencia abundante en distintos contextos (funerarios, domésticos, rituales) la cerámica es un marcador indispensable para el estudio de las sociedades del pasado.