Los animales han cautivado a las personas a lo largo de la historia. Ya sea que vuelen majestuosamente por los cielos, naden en las profundidades del mar o caminen junto a nosotros en la tierra, han despertado nuestra fascinación y han sido dotados de significados especiales. Entre todos los animales, los mamíferos han recibido una atención particular. Los seres humanos han soñado con la posibilidad de transformarse en ellos, les han atribuido características sobrenaturales y han pensado que gracias a ellos tenemos algunos de los elementos que permiten nuestra existencia, como los alimentos o el fuego que nos brinda calor y protección. Los mamíferos ocupan un lugar especial en el imaginario humano y han dejado una huella profunda en nuestras culturas y tradiciones.
Esta figurilla representa la cabeza de un mamífero y está hecha de cerámica. Es una pieza sólida que ha sido cubierta con un baño de engobe en tonos anaranjados y crema. Los rasgos faciales de la figura fueron creados utilizando un molde y luego unidos al cuerpo mediante el cuello, el cual fue modelado por el artesano.
La cabeza presenta un hocico alargado que se divide verticalmente en dos secciones planas, formando un vértice central distintivo. En cada lado de la cabeza se encuentra un círculo inciso, teniendo el del lado derecho una línea horizontal en su interior. En la parte superior, destacan dos pequeñas orejas compuestas por semicírculos con una oquedad en el centro. Lamentablemente, el extremo distal de la cabeza está fracturado, impidiendo conocer detalles adicionales como la presencia de una boca u otros rasgos distintivos. En la parte posterior de la cabeza, se aprecia un cuello con paredes curvas divergentes que conecta con el torso de la figurilla. Esta conexión evidencia la habilidad del artesano para unir las diferentes partes y lograr una representación coherente del mamífero.
La pieza exhibe una interesante combinación de engobes. Una capa de engobe anaranjado rojizo se extiende sobre la sección del cuello, la parte trasera de las orejas y la región posterior de la cabeza. Por otro lado, un engobe de tono crema recubre todo el rostro del animal. Sobre esta superficie se ha añadido un círculo pintado en color anaranjado alrededor del ojo, acentuando así las líneas incisas. Esta cuidadosa aplicación de engobes y detalles pintados resalta la riqueza visual y la atención al detalle en la elaboración de la figurilla.
El círculo alrededor del ojo nos sugiere que estamos ante la representación de la cabeza de un coatí. Este animal poseía una relevancia significativa en la cosmovisión mesoamericana, ya que se le asociaba con el viento, el influjo espiritual y la energía sagrada que otorga la vida. También, el coatí era visto como un intermediario de lo sagrado, portador de los mensajes de los dioses. Su presencia en esta figurilla nos brinda un vistazo a la importancia que se le atribuía a este animal en el contexto cultural mesoamericano.
Los animales han cautivado a las personas a lo largo de la historia. Ya sea que vuelen majestuosamente por los cielos, naden en las profundidades del mar o caminen junto a nosotros en la tierra, han despertado nuestra fascinación y han sido dotados de significados especiales. Entre todos los animales, los mamíferos han recibido una atención particular. Los seres humanos han soñado con la posibilidad de transformarse en ellos, les han atribuido características sobrenaturales y han pensado que gracias a ellos tenemos algunos de los elementos que permiten nuestra existencia, como los alimentos o el fuego que nos brinda calor y protección. Los mamíferos ocupan un lugar especial en el imaginario humano y han dejado una huella profunda en nuestras culturas y tradiciones.