El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Mujer con trenzas | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
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Mujer con trenzas

Región Valle de México
Período Preclásico medio
Año 1200-500 a.C.
Período 9 Preclásico medio
Año 1200-500 a.C.
Técnica

Barro modelado con pastillaje e incisiones

Medidas 12.4   x 4.4  x 2.7  cm
Ubicación Bóveda Prehispánico
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 685
Investigador

En los últimos años, hemos presenciado un cambio profundo en nuestra comprensión de las primeras aldeas tanto en México como en el mundo. La visión evolucionista unilineal, que asumía de manera errónea una forma única de organización social y política en estas comunidades, está siendo reevaluada. En su lugar, estamos adoptando una perspectiva más amplia que reconoce y valora la diversidad de relaciones y estructuras organizativas presentes en estas agrupaciones antiguas. Este nuevo enfoque se ha logrado gracias a avances en la investigación arqueológica, la aplicación de enfoques interdisciplinarios y una comprensión más completa del contexto cultural y ambiental en el que surgieron estas aldeas.

Para explorar esta diversidad, es imprescindible acercarnos a los objetos materiales, y entre ellos, las figurillas destacan como uno de los hallazgos más abundantes. A pesar de su aparente similitud y su representación común de los muslos, el pecho, los brazos y el rostro, estas obras adquieren una identidad única a través de los elementos que portan en las manos y los peinados que lucen. Un ejemplo fascinante de esto es esta pieza.

Se trata de una figura de barro que representa a una mujer de pie. Sus piernas están ligeramente separadas, su torso se mantiene recto y sus brazos se encuentran extendidos a los lados. La cabeza está orientada hacia el frente, creando una postura erguida y enérgica.

La cabeza de la figurilla presenta una forma circular con un mentón afilado que le otorga un aspecto distintivo. Los rasgos faciales están representados mediante líneas incisas que delinean los ojos y la boca. Estos rasgos se realzan aún más mediante una fina tira de cerámica que los rodea. Un detalle llamativo son las cejas formadas por dos tiras rectas que se encuentran sobre los ojos, inclinadas ligeramente hacia el centro y que convergen en la parte superior hacia una pequeña nariz aguileña. Estos minuciosos detalles reflejan la habilidad artesanal y el cuidado empleado en la creación de esta figurilla.

En la parte superior de la figurilla, se observa una banda decorada con incisiones en forma de V. De cada lado de la cabeza, se extiende una tira adicional que llega hasta el hombro, y en la parte posterior se distinguen dos tiras más que formaban parte del peinado, simulando varias trenzas amarradas con un cordón. Del montón de cabello emerge un cuello grueso que se une al cuerpo.

En el lado izquierdo de la pieza, se conserva el hombro y el comienzo del brazo. El torso de la figurilla es recto y presenta dos pequeños círculos que marcan los pezones de la mujer. En la parte inferior del torso, se puede apreciar una perforación que representa el ombligo. Las piernas tienen una forma romboidal, uniendo uno de sus extremos al cuerpo y la arista opuesta se utiliza para representar el pie. Esta forma contribuye a crear la impresión de caderas anchas y muslos robustos, disminuyendo gradualmente hasta llegar al pie.    

Lamentablemente, la pieza presenta algunas partes faltantes, incluyendo los dos brazos, la pierna derecha y una parte del tocado. Además, se puede observar que toda la figurilla está recubierta con cal y se aprecian vestigios de color rojo en el tocado y el ombligo. A pesar de estas imperfecciones, la pieza muestra una interesante combinación de elementos generales y particulares. Por un lado, el cuerpo sigue una forma común, mientras que el tocado exhibe características distintivas. Este patrón de lo común y lo distintivo es una particularidad que se encuentra en otras piezas elaboradas por las aldeas del Centro de México.

A través de su meticulosa elaboración y atributos detallados, las figurillas nos permitirán adentrarnos en la complejidad cultural de estas civilizaciones, revelando sus sistemas de creencias y su profundo sentido estético. Pro tanto, estas diminutas obras de arte representan una invaluable ventana al pasado, brindando valiosas perspectivas sobre la historia y la riqueza cultural de Mesoamérica.

En los últimos años, hemos presenciado un cambio profundo en nuestra comprensión de las primeras aldeas tanto en México como en el mundo. La visión evolucionista unilineal, que asumía de manera errónea una forma única de organización social y política en estas comunidades, está siendo reevaluada. En su lugar, estamos adoptando una perspectiva más amplia que reconoce y valora la diversidad de relaciones y estructuras organizativas presentes en estas agrupaciones antiguas. Este nuevo enfoque se ha logrado gracias a avances en la investigación arqueológica, la aplicación de enfoques interdisciplinarios y una comprensión más completa del contexto cultural y ambiental en el que surgieron estas aldeas.

Obras de la sala

El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico