El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Pendiente de colibrí | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
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Pendiente de colibrí | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla

Pendiente de colibrí

Cultura Tradición Mezcala
Estilo Mezcala
Región Guerrero
Período Clásico tardío
Período 9 Clásico tardío
Año 700-1000 d.C.
Técnica

Jadeíta o serpentina pulida con desgaste por cordel y pulido

Medidas 3.2   x 1.2  x 5  cm
Ubicación Bóveda Prehispánico
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 493
Investigador

Las aves desempeñaron un papel significativo en las culturas mesoamericanas, generando una gran fascinación y simbolismo. Cada ave tenía sus propias connotaciones y asociaciones culturales, lo que refleja la diversidad y complejidad de las creencias y tradiciones en la región.

El águila en la iconografía de Teotihuacán se relacionaba simbólicamente con el agua y la sangre, lo cual sugiere su conexión con la fertilidad y los ciclos de vida y muerte. En el período Epiclásico, las águilas se convirtieron en símbolos de lo seco, lo solar y lo masculino, asociándose con el poder y la realeza. Por otro lado, los mayas representaban estos conceptos a través de las guacamayas, altamente valoradas por su plumaje multicolor, que simbolizaban la belleza, la exuberancia y el poder.

En Mesoamérica, además del aprecio por las aves, el uso de plumas en la ornamentación fue una práctica destacada. Las plumas eran consideradas preciosas y se empleaban para embellecer diversos objetos, como escudos, telas y artefactos. Estas imágenes hechas de plumas, con su colorido y exquisitez, conferían un elevado valor estético y simbólico a los objetos, dotándolos de un estatus especial y estableciendo una conexión con las deidades o el mundo espiritual.

El colibrí, entre la gran variedad de aves existentes, siempre ha captado la atención debido a su vuelo vertiginoso, sorprendente rapidez y plumaje multicolor. Estos elementos han conferido un significado especial a esta pequeña ave. En la cultura mexica, el colibrí estaba estrechamente relacionado con su dios tutelar Huitzilopochtli, cuyo nombre incluía el término que hacía referencia a esta ave ("hutzilin"). Se creía también que los guerreros caídos en batalla acompañaban al sol durante el día, desde el amanecer hasta el mediodía, cuando muchos de ellos regresaban a la tierra en forma de colibríes para disfrutar del néctar de las flores.

Es interesante notar la importancia atribuida al colibrí en la cultura mesoamericana, lo cual nos ayuda a comprender por qué la pieza representa a esta ave. La figurilla está tallada en piedra verde y presenta un estilo artístico sencillo, lo cual la vincula directamente con la tradición estilística Mezcala.

La pieza presenta una forma almendrada, dividida por una línea recta que separa el ala de la cola. Destaca la zona del pecho, que es la de mayor tamaño, y a medida que avanza hacia el cuello, se reduce gradualmente. En la sección del cuello, se puede observar una banda incisa. La cabeza tiene una forma circular, sin la representación de ojos u otras características faciales. Sin embargo, en el extremo distal de la cabeza se proyecta un largo pico, que ocupa casi un tercio del tamaño total de la figura, lo que nos permite identificarla claramente como un colibrí.

La pieza presenta concreciones de cal y marcas de corrosión en la zona inferior debido al contexto en el que estuvo enterrada, posiblemente en contacto con algún metal. Además, tiene una perforación en la zona del cuerpo, lo que indica que fue utilizada como un pendiente. También se pueden observar pequeñas áreas con pintura azul, lo cual sugiere que la pieza pudo estar originalmente recubierta con un hermoso colorido, en el que el azul podría haber predominado. Este detalle nos remite a la "Copa del Colibrí" encontrada en la tumba 1 de Zaachila, en el Valle de Zimatlán, Oaxaca. En esta copa, en el borde, se representa la figura de un pequeño colibrí azul con un gran pico. Es posible que la pieza que se encuentra resguardada en el Museo Amparo haya tenido en su momento una decoración similar.

Sin duda, la importancia de esta pieza se evidencia tanto en su diseño como en los detalles y la calidad de su elaboración. El hecho de que haya sido utilizada como un pendiente, posiblemente por una persona de alto estatus o poder, resalta su valor y su significado. Es posible que esta pieza haya sido considerada como una marca distintiva que indicaba la conexión de la persona con el colibrí, con la deidad Huitzilopochtli y, con ello, con la cultura tenochca.

Las aves desempeñaron un papel significativo en las culturas mesoamericanas, generando una gran fascinación y simbolismo. Cada ave tenía sus propias connotaciones y asociaciones culturales, lo que refleja la diversidad y complejidad de las creencias y tradiciones en la región.

Obras de la sala

El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico