El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Cajete de base anular con un venado pintado en tonos anaranjados | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
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Cajete de base anular con un venado pintado en tonos anaranjados

Cultura Maya
Región Desconocida, tal vez, por la forma de aplicar el color, sus pinceladas y las tonalidades se pueda atribuir a algún taller de Campeche
Período Clásico tardío
Año 600-900 d.C.
Período 9 Clásico tardío
Año 600-900 d.C.
Técnica

Barro modelado y pintado expuesto a cocción

Ubicación Bóveda Prehispánico
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 62
Investigador

Cajete de base anular con las paredes interiores y exteriores pintadas en gamas naranja, rojo, crema y negro. Estos fueron los colores más empleados por los artistas para decorar las vasijas mayas durante todo el periodo Clásico (200-900 d. C.). El venado, de tonos rojizos anaranjados, está pintado sobre un fondo crema naranja. Está reclinado sobre sus patas delanteras alimentándose de plantas y con la lengua fuera. La personalidad pictórica del artista se aprecia en esta vasija por esas líneas gruesas y rápidas, no deja indiferente al observador, cuyo trazo fluido y suelto da sensación de movimiento. Al contrario que en otras vasijas mayas en las que los contornos del cuerpo están delineados en negro, aquí el venado queda sin remarcar, apenas unas rayas muy finas en negro simulan la piel del cérvido, en contraposición con las gruesas pinceladas del cuerpo. Observemos que las pezuñas y las astas están totalmente pintadas de negro, diferenciando la parte carnosa y comestible del hueso.

Otra particularidad de los estándares mayas se encuentra en marcar los genitales de los animales para ensalzar que son machos, como se aprecia en la vasija K196 o en K908. El venado fue uno de los animales más representado en el arte maya, forma parte de la narrativa mitológicas de un dios anciano con atributos de venado que suele mostrarse acompañado por mujeres jóvenes y venados, como se aprecia en la vasija K1182.

Cajete de base anular con las paredes interiores y exteriores pintadas en gamas naranja, rojo, crema y negro. Estos fueron los colores más empleados por los artistas para decorar las vasijas mayas durante todo el periodo Clásico (200-900 d. C.). El venado, de tonos rojizos anaranjados, está pintado sobre un fondo crema naranja. Está reclinado sobre sus patas delanteras alimentándose de plantas y con la lengua fuera. La personalidad pictórica del artista se aprecia en esta vasija por esas líneas gruesas y rápidas, no deja indiferente al observador, cuyo trazo fluido y suelto da sensación de movimiento. Al contrario que en otras vasijas mayas en las que los contornos del cuerpo están delineados en negro, aquí el venado queda sin remarcar, apenas unas rayas muy finas en negro simulan la piel del cérvido, en contraposición con las gruesas pinceladas del cuerpo. Observemos que las pezuñas y las astas están totalmente pintadas de negro, diferenciando la parte carnosa y comestible del hueso.

Obras de la sala

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