Cultura | Maya |
Región | Norte de Yucatán |
Período | Clásico terminal |
Año | 800-1000 d.C. |
Período 9 | Clásico terminal |
Año | 800-1000 d.C. |
Técnica | Escultura tallada en piedra por la sección frontal. La parte trasera es informe y no está labrada |
Ubicación | Bóveda Prehispánico |
No. registro | 52 22 MA FA 57PJ 1449 |
Investigador (es) |
Pequeña escultura en piedra que reproduce a un ser aparentemente anciano sobrenatural de pie y en posición frontal. Posiblemente representa al dios Itzamnaah en su versión aviar. Itzamnaah podía mostrarse como ave y como anciano. El personaje tiene los ojos cuadrados, característico de deidades o seres sobrenaturales, pero tanto la nariz como la boca son humanas. Lleva sobre su cabeza un tocado a modo de casquete que encaja en la frente y se adorna con placas cuadradas en la parte baja. La sección frontal del tocado va adornada con un círculo que debió estar cubierto por un espejo de pirita o de obsidiana del que brotan volutas bifurcadas. Espejos en la frente son propios de deidades mayas, como Itzamnaah y K’awiil. Itzamnaah lleva marcas de espejo en el cuerpo, cómo símbolo de brillo, pero espejos con el signo de noche en la frente en alusión a los espacios del inframundo, El tocado va adornado por haces de plumas que se abren hacía los extremos y parte trasera de la figura. Estas plumas están sujetas a ambos lados del tocado mediante lazos o ligas atadas. Como adorno corporal porta un pectoral de doble hilera de placas cuadradas. Durante el Clásico Terminal en el norte de Yucatán, se esculpieron estelas, columnas, jambas y otros elementos arquitectónicos con personajes en altorrelieve que portaban tocados con diseños similares a éste, y que también presentaban espejos de las mismas características al del personaje del Museo Amparo, pero en vez de ubicados en los tocados formaban parte de los pectorales.
El artista trabajó de forma más detallada la cabeza y el tocado que el resto del cuerpo, pequeño y de apariencia triangular en el que apenas se marcan los contornos de las piernas mediante un ligero rebajado de la piedra. Éstas en ningún caso quedan exentas de la piedra, sino que están unidas entre sí por una base con una espiga que sobresale. Las manos están igualmente desproporcionadas con respecto a la cabeza y son mucho más pequeñas que el resto del cuerpo, asimismo se muestran abiertas y con las palmas de frente. Posturas semejantes fueron reproducidas durante el Clásico Tardío en las figurillas modeladas en barro estilo Jaina, y en el Clásico Terminal en columnas y jambas antropomorfas de la región de Oxkintok, en el norte de Yucatán.
Las proporciones de esta figura, de dos cabezas por cuerpo, difieren sensiblemente del estilo naturalista que caracterizó el arte maya del periodo Clásico. Durante el Posclásico predominó en Mesoamérica un estilo artístico conceptual, que tenía por objeto transmitir mensajes de forma eficiente y no representar a los objetos de forma naturalista como lo hacían los mayas del Clásico. A través de esta escultura podemos observar que en el área maya los cánones artísticos del Posclásico ya estaban presentes en la plástica yucateca del Clásico Terminal.