El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Figura antropomorfa con los brazos estirados | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
Figura antropomorfa con los brazos estirados | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla

Figura antropomorfa con los brazos estirados

Cultura Tradición Mezcala
Estilo Vertiente con influencia de los modelos teotihuacanos
Región Cuenca media del Balsas
Período Preclásico tardío-Clásico temprano
Año Ca. 500 a.C.-600 d.C.
Período 9 Preclásico tardío-Clásico temprano
Año Ca. 500 a.C.-600 d.C.
Técnica

Piedra verde desgastada y pulida

Medidas 10.8   x 4.5  x 2  cm
Ubicación Sala 7. La muerte
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 1006
Investigador

Las figuras de piedra de la tradición Mezcala son de alguna manera inconfundibles, como lo son los vasos mayas polícromos de las tierras bajas o las esculturas olmecas. Se trata de estilos con fuerte personalidad. En el caso de la tradición Mezcala encontramos una manifestación estrictamente regional, propia de la cuenca media del Balsas.  Es un área rica en minerales, y en especial en diversas piedras de colores  (algunas de las cuales suelen considerarse semipreciosas) y que son susceptibles de desgastarse y pulirse para obtener superficies brillantes.

Es muy típico de las piezas Mezcala el esquematismo de la figura humana, con formas predominantemente rectilíneas, lo cual se debe en alguna medida a la técnica de desgaste por fricción, en la cual se utilizan otras piedras y también cuerdas que van dando forma a contornos y aberturas. En las tallas Mezcala, más que en otras obras, se aprecia una fuerte determinación de la técnica sobre el estilo; o dicho en otros términos técnica y estilo se llegan a confundir. Resulta interesante, por ejemplo, comparar la abertura que separa los brazos y el torso de este personaje con el espacio que separa las columnas en los templos esquemáticos de la misma tradición Mezcala. Su forma es resultado de realizar alguna o algunas perforaciones en el centro de lo que será el espacio libre, e introducir y desgastar progresivamente con una piedra plana y afilada y con un cordel, hasta llevar la abertura a los extremos. A ello se debe que en tales extremos las aberturas sean más estrechas. Además el deslizamiento del cordel provoca que las aberturas continúen hacia abajo y hacia arriba un poco más allá de la perforación misma. Esta continuación de la ranura favorece, en el caso de la figura antropomorfa, la distinción de las manos, pero en el caso del templo no delinea ninguna forma adicional, y aparece más bien como un error, algo que la técnica no puede resolver.

Esta figura en particular podría considerarse entre las que guardan relación con el esquema antropomórfico del arte teotihuacano. La quietud recta del cuerpo representado frontalmente, el mayor tamaño de la cabeza con respecto al cuerpo, y la deformación craneana que ensancha la frente, son, todos ellos, rasgos coincidentes.

Es una característica llamativa de esta pieza el detalle con que se simula el surgimiento de un mechón de pelo de un orificio del tocado; mechón que parece dar la vuelta y volver a surgir por el frente, del otro lado.

El uso del taladro para iniciar las aberturas puede apreciarse bien en las comisuras de los labios, y hasta cierto punto en los ojos.

Las figuras de piedra de la tradición Mezcala son de alguna manera inconfundibles, como lo son los vasos mayas polícromos de las tierras bajas o las esculturas olmecas. Se trata de estilos con fuerte personalidad. En el caso de la tradición Mezcala encontramos una manifestación estrictamente regional, propia de la cuenca media del Balsas.  Es un área rica en minerales, y en especial en diversas piedras de colores  (algunas de las cuales suelen considerarse semipreciosas) y que son susceptibles de desgastarse y pulirse para obtener superficies brillantes.

Obras de la sala

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