Se trata de un vaso cilíndrico sin decorar. El diseño del vaso es característico del período Clásico Tardío. Debió estar depositado en un enterramiento que sufrió filtraciones de agua y es posible que ese sea el motivo por el cual las paredes aparecen recubiertas de barro y tierra.
Los vasos de paredes altas solían ser utilizados para beber cacao, aunque es posible que en este caso fuese fabricado para contener amatista o cinabrio para el difunto enterrado, el polvo rojizo que contiene en su interior. Tanto el cinabrio como la amatista fueron utilizados en contextos funerarios ceremoniales.
Por mucho tiempo se pensó que el contenido del vaso se trataba de cinabrio por su coloración rojiza, sin embargo, después de exámenes químicos y de luminiscencia, se pudo constatar que corresponde más bien a la amatista.
El cinabrio es un mineral de la clase de los sulfuros altamente tóxico por contener unos niveles muy elevados de mercurio. Los mayas lo exportaban de la región del Motagua, en Honduras y con él recubrían los cuerpos de los muertos. En algunas ocasiones la amatista era utilizada en sustitución del cinabrio debido al alto costo de éste.