El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Olla globular con asa, vertedera y un rostro humano con ojos cerrados | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
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Olla globular con asa, vertedera y un rostro humano con ojos cerrados

Cultura Huasteca
Región Huasteca
Período Posclásico tardío
Período 9 Posclásico tardío
Año 1200-1521 d.C.
Técnica

Barro (pasta fina) modelado con decoración pintada en color rojo

Ubicación Bóveda Prehispánico
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 1489
Investigador

La Huasteca, la franja costera que se extiende desde el norte de Veracruz hasta el sur de Tamaulipas, fue tierra de importantes desarrollos culturales en época prehispánica. Fray Bernardino de Sahagún consignaba en el siglo XVI el nombre de Cuextlan para la antigua provincia de Pánuco, “…que es a orillas o ribera del mar”, y a sus pobladores los llamaba cuextecas. De ancestral filiación lingüística maya, los hablantes del teenek (huasteco) también se asentaron en el costado oriental de la Sierra Madre, particularmente en la montaña de Hidalgo y en la Sierra Gorda de Querétaro. Para el período Posclásico (ca. 900-1521 d.C.), probablemente desde el Clásico tardío (ca. 600 d.C.), los huastecos produjeron con arcillas caoliníticas una cerámica pintada que se conoce actualmente con el nombre “negro sobre blanco” atendiendo a su principal técnica decorativa.

En tiempos en que El Tajín alcanzó los territorios al sur del río Tuxpan, esta cerámica entraba a su antigua provincia convertida en piezas de valor excepcional, mismas que llegaban desde los lugares más apartados de la Huasteca. Estas vasijas se distribuían a partir de rutas comerciales bien establecidas que también ponían a disposición toda una variedad de cascabeles de cobre, los primeros artículos de metal que se conocen en la región, y cantidades moderadas de obsidiana venida de los yacimientos de Zacualtipán (Hidalgo), entonces bajo control de grupos huastecos.

Era tal el éxito comercial de estos raros objetos de barro que se fabricaron localmente imitaciones que hoy en día conocemos con el nombre de Aguacate Negro sobre Blanco. Las formas de estos últimos no siempre se ajustan a sus prototipos huastecos, tampoco el repertorio decorativo, pero constituyen una producción cerámica que complementaba a las piezas que desde el período Epiclásico (ca. 900-1100 d.C.) estarían llegando desde varios lugares al norte del río Tuxpan y que en aspecto resultan muy semejantes a esta extraordinaria vasija de la colección del Museo Amparo.

Se trata de una olla de cuerpo semiesférico con asa de tipo “estribo” y vertedera. Incorpora la efigie de un rostro humano en el que se advierten los ojos cerrados. Los elementos decorativos no encuentran una disposición “típica” y de hecho aparecen otros que son nuevos en estas cerámicas de pasta fina. Llama aquí la atención el patrón de grecas que se desarrolla sobre el asa, puesto que resulta idéntico, además de característico, de una producción mayormente orientada a la fabricación de platos, misma que se extiende en el Posclásico por toda la cuenca del río Tuxpan hasta alcanzar la montaña de Puebla y de manera muy importante en los antiguos territorios de El Tajín, que es de probado carácter doméstico.

Conocida en el centro-norte de Veracruz como Russi Pasta Fina, hace propios estos mismos diseños en el borde de los platos. No sería improbable que estas vinculaciones en el oficio de talleres alfareros distintos no sólo permitan fechar en el Posclásico medio (ca. 1200 d.C.) esta pieza del Museo Amparo sino que además se abra con ella toda una línea de investigación que permita mirar con nuevos ojos el papel que tuvieron los huastecos al sur del río Tuxpan una vez que se abandonaron las ciudades de El Tajín. 

La Huasteca, la franja costera que se extiende desde el norte de Veracruz hasta el sur de Tamaulipas, fue tierra de importantes desarrollos culturales en época prehispánica. Fray Bernardino de Sahagún consignaba en el siglo XVI el nombre de Cuextlan para la antigua provincia de Pánuco, “…que es a orillas o ribera del mar”, y a sus pobladores los llamaba cuextecas. De ancestral filiación lingüística maya, los hablantes del teenek (huasteco) también se asentaron en el costado oriental de la Sierra Madre, particularmente en la montaña de Hidalgo y en la Sierra Gorda de Querétaro. Para el período Posclásico (ca. 900-1521 d.C.), probablemente desde el Clásico tardío (ca. 600 d.C.), los huastecos produjeron con arcillas caoliníticas una cerámica pintada que se conoce actualmente con el nombre “negro sobre blanco” atendiendo a su principal técnica decorativa.

Obras de la sala

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