El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Cuchillo | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
Cuchillo | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla

Cuchillo

Cultura Culturas eclécticas del Posclásico tardío
Estilo Mexica
Región Altiplano central
Período Posclásico tardío
Año 1200-1521 d.C.
Período 9 Posclásico tardío
Año 1200-1521 d.C.
Técnica

Piedra tallada

Medidas 20.6   x 5.9  x 1  cm
Ubicación Bóveda Prehispánico
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 1618
Investigador

Cuchillos semejantes a los que aquí vemos, llamados técpatl, cuchillo de pedernal en lengua náhuatl, se presentan durante el Posclásico en gran cantidad en las ofrendas de los templos, en los códices y en las esculturas; generalmente como un signo de día en el calendario ritual llamado en lengua náhuatl Tonalpohualli, un período de 260 días dividido en veinte trecenas, es decir en 20 semanas de 13 días, en el que a cada uno de los días se le fijaba una fecha por la combinación de un número del 1 a 13 con uno de los 20 signos de los días.

Algunos de los veinte caracteres eran, por nombrar algunos, movimiento – ollin, viento – ehécatl, serpiente – cóatl, venado – mázatl, flor – xóchitl,  caña - ácatl, muerte - miquiztli, y pedernal - técpatl, y en los códices por lo general al técpatl se le representa como una sencilla hoja de pedernal que termina en punta, que tiene muescas en el filo, y en ocasiones el pedernal es antropomorfo y tiene dientes y un ojo.

Cada uno de los días estaba asociado con auspicios que podían ser favorables, no favorables o indiferentes, y debido a Bernardino de Sahagún sabemos que el décimo signo del calendario ce técpatl, uno pedernal, era favorable. Explica que los que nacían en este signo, si eran hombres, serían valientes, honrados y ricos; y si eran mujeres, serían muy hábiles para mucho, abundosas de todas las cosas de comer y bien habladas y discretas.

La importancia del día es evidente: los códices que se refieren al origen de los mexica indican que en este día salen de Aztlán - Chicomoztoc, e inician su migración hacia Tenochtitlan.

El técpatl es uno de los elementos más complejos del pensamiento mesoamericano, particularmente en la época tardía, por lo que al contemplar el cuchillo de pedernal que mide un poco más de 20 centímetros es imposible no pensar en el calendario ritual, en la fecha ce técpatl, así como en los muchos otros significados a los que se vincula el cuchillo de pedernal y que están asociados las nociones de origen.

Por ejemplo, como registra Cecilio Robelo en su Diccionario de Mitología Nahua referente al origen del técpatl, el cuchillo de pedernal tiene un origen divino. Los dioses supremos Ometecutli y su mujer Omecihuátl, quienes moraban sobre el undécimo cielo tuvieron muchos hijos y cuando la diosa dio a la luz un técpatl, los otros hijos, admirados y espantados, decidieron arrojarlo a la tierra. El pedernal cayó en Chicomoztoc, el Lugar de las Siete Cuevas, y al golpe brotaron mil y seiscientos dioses o diosas.

Este relato asienta que el técpatl es arrojado del cielo a la tierra y cae en el lugar del origen de los pueblos, según varias tradiciones mesoamericanas del Posclásico, y al parecer la arqueología logra corroborar algunas de las mismas observaciones. En la plataforma del patio central de el sitio llamado El Huiztle en el estado de Jalisco, los arqueólogos al excavar una plataforma, en su interior localizaron un cuchillo de obsidiana.

Ciertamente un cuchillo de obsidiana es muy distinto de un cuchillo de pedernal, pero también es evidente su vínculo. Como han demostrado varios estudiosos la relación entre la obsidiana y el pedernal es estrecha. Ambos eran utilizados para el sacrificio humano.

El técpatl estaba divinizado y los nahuas tenían al Teotécpatl, el dios pedernal. En los códices se representa como un pedernal antropomorfo, con rostro visto de perfil, que en las manos empuña el cuchillo, simbolizando el sacrificio de las víctimas humanas.

Cuchillos semejantes a los que aquí vemos, llamados técpatl, cuchillo de pedernal en lengua náhuatl, se presentan durante el Posclásico en gran cantidad en las ofrendas de los templos, en los códices y en las esculturas; generalmente como un signo de día en el calendario ritual llamado en lengua náhuatl Tonalpohualli, un período de 260 días dividido en veinte trecenas, es decir en 20 semanas de 13 días, en el que a cada uno de los días se le fijaba una fecha por la combinación de un número del 1 a 13 con uno de los 20 signos de los días.

Obras de la sala

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