La procedencia de la pieza es desconocida, aunque por estilo podría proceder de la región del Usumacinta, sin embargo, el tema sitúa a la pieza en la región del Petén (Guatemala).
El reducido tamaño de la pieza sugiere que este fragmento formaba parte de un panel que debió adornar la pared de algún edificio principal. Reproduce a un gobernante engalanado con un atavío ceremonial, que posiblemente estuviese realizando una danza ritual, pues lleva en la espalda el mismo armazón con seres sobrenaturales con el que se representa en las vasijas clásicas el dios del maíz bailando.
El texto menciona una fecha que ubicaría la pieza a principios del Clásico tardío, en torno al 600-650 d.C., acompañada de otra fecha lunar de 29 días. En este contexto se menciona que un personaje cuyo nombre está perdido sube al trono de un reino que no se conoce pues el bloque correspondiente también está perdido.
La procedencia de la pieza es desconocida, aunque por estilo podría proceder de la región del Usumacinta, sin embargo, el tema sitúa a la pieza en la región del Petén (Guatemala).