Vasija globular que se estrecha en la boca de borde emergente. El recipiente tiene forma de batracio o sapo; lleva la parte superior del cuerpo pintado en color rojo, sin distinguirse demasiado del resto del color de la vasija, y moteado con puntos negros, siguiendo el diseño de algunas ranas o anfibios de América. Las patas delanteras flanquean su cabeza de ojos saltones y boca amplia. Las ancas traseras se abren a ambos lados.
Sobre el cuerpo del anfibio se moldeó la figura de un anciano, probablemente uno de los dioses viejos que habitan el interior de la tierra. El anciano está sentado a la manera oriental, con las piernas cruzadas y con un braguero que ata en la cintura. El cuello lo adorna con un collar de cuentas circulares del que cuelga un ornamento con forma de calavera. Parte de los brazos están perdidos. Tiene un cuerpo sin musculatura y relativamente obeso.
Su rostro delata el paso de los años a través de la barbilla prominente. La boca, desdentada, una barba que recorta los pómulos marcados con arrugas, la nariz aguileña, y los ojos, saltones, oblicuos, almendrados y enmarcados por marcadas cejas triangulares. La cabeza la lleva adornada con un tocado formado por cuentas o borlas que envuelve un atado de tela que vence hacía delante, muy similar al que portan los escribas y el anciano dios N en las imágenes del período Clásico, donde es habitual encontrar a este dios anciano emergiendo de una caracola y en ocasiones del cuerpo de una tortuga, ambos símbolos de la tierra.
En muchas ocasiones, del caparazón terrestre de la tortuga brota el dios del maíz, y de los laterales del quelonio, surge el dios anciano. En la vasija del Museo Amparo, el batracio sobre el que está el personaje anciano podría ejercer de cuerpo de la tierra, al igual que la caracola y el caparazón de la tortuga, recordemos que es un anfibio con capacidad de metamorfosis o de transformación, cualidades mágicas propias de los dioses o seres asociados a éstos. Así, el personaje anciano que está sobre el sapo podría ser el mismo dios viejo que se ocupa de los quehaceres del interior de la tierra.
BIBLIOGRAFÍA:
KERR, Justin
- 1989, The Maya Vase Book. A Corpus of Rollout Photographs of Maya Vases, Volume 1. Kerr Associates. Nueva York.
- 1990, The Maya Vase Book. A Corpus of Rollout Photographs of Maya Vases, Volume 2. Kerr Associates. Nueva York.
- 1992, The Maya Vase Book. A Corpus of Rollout Photographs of Maya Vases, Volume 3. Kerr Associates. Nueva York.
- 1995, The Maya Vase Book. A Corpus of Rollout Photographs of Maya Vases, Volume 4. Kerr Associates. Nueva York.
- 1997, The Maya Vase Book. A Corpus of Rollout Photographs of Maya Vases, Volume 5. Kerr Associates. Nueva York.
- 2000, The Maya Vase Book. A Corpus of Rollout Photographs of Maya Vases, Volume 6. Kerr Associates. Nueva York.
- Kerr, Justin, http://research.famsi.org/kerrportfolio.html
Imagen:
Vasija estilo Chamá, K6434 del catálogo de J. Kerr que reproduce al dios anciano saliendo del interior de la tierra simbolizada por una caracola.
Vasija globular que se estrecha en la boca de borde emergente. El recipiente tiene forma de batracio o sapo; lleva la parte superior del cuerpo pintado en color rojo, sin distinguirse demasiado del resto del color de la vasija, y moteado con puntos negros, siguiendo el diseño de algunas ranas o anfibios de América. Las patas delanteras flanquean su cabeza de ojos saltones y boca amplia. Las ancas traseras se abren a ambos lados.