Salas de Arte Virreinal y Siglo XIX
Virgen de Guadalupe | Salas de Arte Virreinal y Siglo XIX | Museo Amparo, Puebla

Anónimo novohispano

Virgen de Guadalupe

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Región Nueva España
Período 3 Siglo XVIII
Período 4 Siglo XVIII
Técnica Óleo sobre lámina de cobre
No. registro VS.BI.026
Período Siglo XVIII

Esta pequeña pintura sobre cobre representa una copia fiel de la Virgen de Guadalupe, realizada en la segunda mitad del siglo XVIII, aunque con algunas reintegraciones cromáticas recientes en las partes cercanas al marco.

Durante el virreinato la Virgen de Guadalupe se consideró una imagen taumatúrgica, es decir, milagrosa, al mismo tiempo que acheropoiética (de origen sobrenatural), o no fabricada por manos humanas. Desde el siglo XVII distintos grupos buscaron el reconocimiento de estas dos características de la imagen, por lo que inspeccionaron varias veces el ayate para buscar pruebas de dicha divinidad. En 1666 un grupo de criollos acordes con esta intención, pidió que teólogos, médicos y pintores estudiaran la imagen original, como expertos cada cual en su rama, para fundamentar su carácter sobrenatural.

En el siglo XVIII se realizaron nuevas inspecciones, pero las más importantes fueron las que narró el pintor Miguel Cabrera (h. 1725 - 1768) en un libro que se publicó cinco años después de una primera inspección, en 1751, que hicieron varios artistas del pincel. Fue durante las visitas de artistas como José de Ibarra (1685-1756), Miguel Cabrera, Juan Patricio Morlete Ruiz (1713-1772), Manuel Osorio, Francisco Antonio Vallejo (1722-1785), y José de Alzíbar (1726-1803), entre otros, cuando los pintores, y otros acompañantes de la talla de Mariano Echeverría y Veytia (1718-1780), vieron la imagen sin el vidrio que la protegía. En una estas reuniones descubrieron un rasgo de difícil interpretación: un pequeño símbolo, parecido a un ocho abierto por una de sus extremos, y un poco inclinado, sobre el pie derecho de María, entre los diseños florales de la túnica.

El inusitado “8” tuvo muchas interpretaciones, pero terminaron aceptándose las que Miguel Cabrera propuso en su libro Maravilla Americana y conjunto de raras Maravillas observadas con las reglas del Arte de la Pintura, publicado a petición de su patrono más importante, el arzobispo Manuel Rubio y Salinas, en 1756. Cabrera planteó que seguramente el 8 se refería a que la Virgen había aparecido en la "octava de su Concepción" es decir, todavía durante las celebraciones de la Inmaculada. Pero Cabrera también propuso otra teoría, que enaltecía a la pintura, pues para él la Virgen hubiera podido aparecerse en la forma que ella eligiera, pero para vanidad de los pintores, eligió hacerlo como resultado del arte pictórico.

Fue así como ese rasgó, a veces en rojo y a veces en negro, apareció en la pinturas que intentaban retratar fielmente a la Virgen, en los trabajos de los pintores cultos que conocían al pintor Miguel Cabrera o su libro, y quisieron emularlos. En este caso también se reconocen otras de las características del ayate original, entes de que fuese modificado a finales del siglo XIX: la corona pintada y el ensanchamiento de nubes como una especie de cuello en la parte superior.  La inscripción, retocada (visible en las sombras bajo la filacteria), está tomada de la Biblia, y era muy usual en estas imágenes.

Esta pequeña pintura sobre cobre representa una copia fiel de la Virgen de Guadalupe, realizada en la segunda mitad del siglo XVIII, aunque con algunas reintegraciones cromáticas recientes en las partes cercanas al marco.

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