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Gabriel de la Mora. Lo que no vemos lo que nos mira
El Museo Amparo presentó la exposición del artista mexicano Gabriel de la Mora Lo que no vemos lo que nos mira que integró alrededor de 74 trabajos de carácter conceptual, así como piezas que han resultado medulares para su investigación en torno a la abstracción geométrica, el minimalismo y la tradición moderna del monocromo. La serie titulada Papeles quemados (2007), significó un parte-aguas en su carrera; a partir de ahí, Gabriel de la Mora ha consolidado una práctica estética más allá de las convenciones de la pintura y la escultura, en la que la percepción del tiempo juega un papel estructural. Su serie Papeles quemados consiste en esculturas creadas a partir de hojas que se queman, pero sin romperse. El acto repetitivo y accidental de la combustión química, al transmutar la propiedad física y plana de las hojas de papel, se comprende como un procedimiento artístico que deviene en una serie de objetos monocromos cuyas formas orgánicas revelan una frágil apariencia.
Desde el 2010 el artista ha realizado diversas obras que continúan su investigación sobre la relación entre el monocromo y la percepción temporal, como son sus cuadros creados con plafones desprendidos de casas del siglo XIX; las obras con fotografías antiguas y daguerrotipos, y las obras realizadas utilizando puertas oxidadas, hojas de oro, suelas de zapato y obsidiana. La exposición se centra en esta faceta de la investigación del artista que en los últimos años se ha convertido en el centro de su práctica, pero que hasta ahora no se ha mostrado de forma integral y analítica.
La selección de obra, realizada por el curador Willy Kautz, tiene como marco las estrategias conceptuales que el artista ha depurado a lo largo de su carrera. Esta etapa, centrada en superar la división entre la pintura, el dibujo y la escultura, es una exploración de la relación entre el objeto pictórico y el objeto encontrado, cuyo punto de tensión radica en cómo los monocromos devienen en imágenes y, al revés, cómo las imágenes eventualmente se convierten en monocromos. Por medio de este proceso circular, Gabriel de la Mora redimensiona la tradición del monocromo como una práctica melancólica, referida al carácter temporal de las imágenes y los fragmentos de objetos encontrados, las huellas, los vestigios de pinturas al óleo, la emulsión fotográfica y los reflejos. En esta exposición, el entronque de estos dos procesos contrarios constituye polaridades dialécticas entre el monocromo como imagen y la imagen como monocromo. Por un lado, los monocromos pictóricos son objetos específicos que el tiempo convierte en imagen, mientras que por otro lado las fotografías se disuelven en imágenes monocromas de temporalidades que son vestigios de lo que ya no vemos pero reconstruimos en la mirada. A partir de esta contraposición, esta selección de obras da visibilidad a la aportación que De la Mora ha elaborado en torno a la tradición moderna de la pintura, cuyo enfoque novedoso consiste en una aproximación contemporánea a los aspectos figurales del lenguaje no-objetivo del monocromo.
Willy Kautz l Curador
Gabriel de la Mora l Artista