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El arte de los reyes mayas. Análisis iconográfico y epigráfico de las obras de la colección permanente

30 de junio de 2011 - 28 de noviembre de 2011
Colecciones

El arte de los reyes mayas. Análisis iconográfico y epigráfico de las obras de la colección permanente

Desde su apertura en 1991, el Museo Amparo exhibe al público una colección de piezas arqueológicas mayas de indudable valor artístico e histórico. Algunas de ellas han sido objeto de análisis académicos por separado, pero es la primera vez que se realiza un estudio en conjunto, cuyos resultados de la investigación se ponen al alcance del público a través de la muestra El arte de los reyes mayas: análisis iconográfico y epigráfico de las obras de la colección permanente, misma que forma parte del Programa de Estudios e Investigación de la Colección del Museo Amparo.

Las piezas estuvieron acompañadas de cédulas explicativas que derivaron del estudio actualizado de sus imágenes y textos jeroglíficos, las cuales aportan significativa información para el estudio de la cultura maya del período Clásico (250-909 d.C.) Entre ellas tenemos: estelas que representan gobernantes, dinteles con sacerdotes, paneles con cautivos, escenas de tronos y un respaldo de sitial con textos e imágenes de reyes y dioses, porta incensarios sobre los cuales se quemaban ofrendas aromáticas en los antiguos santuarios, figurillas de nobles, vasijas con escenas de corte. 

El estudio epigráfico e iconográfico ha sido realizado por el Dr. Erik Velásquez del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y por la Dra. Ana García Barrios de la Universidad del Rey Juan Carlos, España; ambos, destacados investigadores, especialistas en la cultura maya. 

El Museo Amparo no sólo ha adquirido el compromiso de custodiar y salvaguardar el arte prehispánico, sino también a través de estos programas impulsa y fomenta la investigación y la divulgación de la historia del arte. Los antiguos mayas son reconocidos por haber alcanzado una complejidad notable en el cómputo calendárico, la escritura jeroglífica, las observaciones astronómicas y las técnicas constructivas, así como por los sistemas de agricultura que permitieron el sustento de considerables poblaciones que entonces vivían en diversas ciudades, que hoy día salpican el territorio de Belice, Guatemala, los extremos occidentales de Honduras y El Salvador, así como la península de Yucatán y el oriente de los estados de Chiapas y Tabasco, en México. A la llegada de los españoles estaban muy diversificados en idiomas, costumbres, creencias y sistemas de organización política, aunque todos eran herederos de una misma tradición cultural. Nunca formaron un estado o “imperio” unificado, sino que en todo momento estuvieron divididos en decenas de señoríos con diferente grado de independencia. Jamás desaparecieron repentinamente, ni se extinguieron, sino que su historia es una secuencia ininterrumpida que va por lo menos desde el año 1000 a.C. hasta el presente, con su apogeo y su decadencia. Si algo hay que destacar en esta cultura es su innegable sentido de estabilidad y orden, aunado a su amor por la excelencia técnica y la capacidad expresiva, manifestada en el impacto sensorial que buscaban imprimirle a las obras. Sus cánones estéticos se hicieron visibles en los programas decorativos de recintos, palacios y templos. Cada gobernante, noble o ajaw intentó que su señorío se destacara visualmente sobre los vecinos y rivales. Para ello fue necesario rodearse de los más grandes escultores, arquitectos, pintores y escribas, encargados de aportar innovadoras soluciones y propuestas que ensalzasen la estética y belleza estandarizada de los mayas. 

A pesar de los grandes avances que se han alcanzado en las investigaciones arqueológicas y en el desciframiento de su escritura jeroglífica, el estudio del arte maya se encuentra en sus primeras etapas. Los especialistas no han acabado todavía de instrumentar un método definido que permita comprender los valores formales e iconográficos de las imágenes mayas no verbales. Sin embargo, se trata de la única cultura de la América precolombina que cuenta con fuentes escritas de primera mano, anteriores por lo menos 600 años a la llegada de los conquistadores españoles. Puesto que ya podemos comprender en buena medida el significado de esos textos jeroglíficos, en las tres últimas décadas han podido develarse muchos misterios en torno al significado de la imaginería maya, lo que sin duda ha revolucionado nuestra comprensión del mundo prehispánico. Cuando aún no se podían entender los jeroglíficos mayas, nuestro conocimiento sobre el pasado precortesiano era sólo indirecto y conjetural, ya que lo único que teníamos eran textos escritos en la época Colonial, cuyos puntos de vista han sufrido cambios importantes con respecto a los del período Clásico, debido al paso del tiempo, a la Conquista y a la evangelización cristiana. De manera que podemos afirmar que las inscripciones y textos jeroglíficos pintados se han convertido en una fuente de información indispensable para el estudio del arte maya.


Erick Velásquez García l Curador

Ana García Barrios l Curadora

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