Los muros de limosna, históricamente difundidos en la arquitectura mexicana, se han caracterizado por ser compuestos de elementos heterogéneos recolectados o donados, acomodados el uno sobre el otro hasta encontrar una forma estable y compacta. MUNA retoma esta tradición para dar lugar a un provocativo retrato matérico del río Alseseca, cuerpo de agua extremadamente contaminado que cruza el territorio de Puebla. A partir de unas caminatas a la orilla del río, el colectivo ha reunido una serie de materiales de construcción abusivamente abandonados en su lecho para edificar un muro que cruza la sala expositiva y obstaculiza la entrada de los espectadores. Con esta pieza, MUNA, propone un traslado de elementos que interrumpe la relación que usualmente vincula los materiales de construcción a los desechos en un ciclo aparentemente infinito: los materiales sobrantes son conducidos al río para ser eliminados y del río mismo -como en muchos otros procesos extractivos- se deriva material para la construcción de la ciudad. En este caso, al trasladarse paradójicamente el material arrumbado y al utilizarlo para edificar un muro, MUNA actúa una acción de denuncia y visibilización.
Los muros de limosna, históricamente difundidos en la arquitectura mexicana, se han caracterizado por ser compuestos de elementos heterogéneos recolectados o donados, acomodados el uno sobre el otro hasta encontrar una forma estable y compacta. MUNA retoma esta tradición para dar lugar a un provocativo retrato matérico del río Alseseca, cuerpo de agua extremadamente contaminado que cruza el territorio de Puebla. A partir de unas caminatas a la orilla del río, el colectivo ha reunido una serie de materiales de construcción abusivamente abandonados en su lecho para edificar un muro que cruza la sala expositiva y obstaculiza la entrada de los espectadores. Con esta pieza, MUNA, propone un traslado de elementos que interrumpe la relación que usualmente vincula los materiales de construcción a los desechos en un ciclo aparentemente infinito: los materiales sobrantes son conducidos al río para ser eliminados y del río mismo -como en muchos otros procesos extractivos- se deriva material para la construcción de la ciudad. En este caso, al trasladarse paradójicamente el material arrumbado y al utilizarlo para edificar un muro, MUNA actúa una acción de denuncia y visibilización.