Safehouse [Casa de seguridad] (2018), coproducida con el Museo Amparo, es una película de dos canales en la que un grupo de tres personas comparten sincrónicamente la tensión inherente a una situación de clandestinidad en un espacio cerrado. Por un lado, las manifestaciones cotidianas del cuerpo y su relación física y psíquica con el entorno; por el otro la guardia, el discurso, el trabajo. En sus lados A y B, estos extremos se encuentran y se interrumpen con una explosión, una bomba “literal y de la mente”, un momento de interrupción que hace posible el surgimiento de algo que había permanecido velado. Por medio del sonido, Santiago Muñoz se pregunta sobre la posibilidad de evocar la dimensión política de una cotidianidad enrarecida.
Ante la ausencia de una cultura material que pueda hablar de ese momento, Santiago Muñoz busca y produce nuevos materiales para leer esos sueños, acceder a ese inconsciente sensorial. Las obras reunidas aquí parten de imágenes y objetos, rastros del desaparecido movimiento politico, para expandirlos y así reformular esta historia.
Safehouse [Casa de seguridad] (2018), coproducida con el Museo Amparo, es una película de dos canales en la que un grupo de tres personas comparten sincrónicamente la tensión inherente a una situación de clandestinidad en un espacio cerrado. Por un lado, las manifestaciones cotidianas del cuerpo y su relación física y psíquica con el entorno; por el otro la guardia, el discurso, el trabajo. En sus lados A y B, estos extremos se encuentran y se interrumpen con una explosión, una bomba “literal y de la mente”, un momento de interrupción que hace posible el surgimiento de algo que había permanecido velado. Por medio del sonido, Santiago Muñoz se pregunta sobre la posibilidad de evocar la dimensión política de una cotidianidad enrarecida.