La rueda calendárica fue dada a conocer por el historiador novohispano Mariano Fernández de Echeverría y Veytia en su obra Historia antigua de México (1720-1780). Se trata de la cuenta de los años y los días de un gran ciclo de 52 años. Al centro se encuentra un círculo con la bóveda celeste y los astros que mueven el tiempo, el sol, la luna y venus. Le sigue la serie de veinte signos de los días. El primero es el signo 1 Cipactli (cococrilo) que se orienta al este; la cuenta sigue hacia la derecha hasta concluir con el signo veinte Xóchitl (flor). La siguiente sección son los cuatro cargadores de los años comenzando al este, Acatl (tule), continuando hacia la derecha con Tecpatl (pedernal) , Calli (casa) y Tochtli (conejo), que se combinan con trece numerales, así cada signo tiene una carga de 13 años y juntos cumplen 52 años (4x13). Esta rueda Veytia trata de explicar la relación de la cuenta indígena y el calendario gregoriano, comenzando en 1701 y terminando en 1720.
La rueda calendárica fue dada a conocer por el historiador novohispano Mariano Fernández de Echeverría y Veytia en su obra Historia antigua de México (1720-1780). Se trata de la cuenta de los años y los días de un gran ciclo de 52 años. Al centro se encuentra un círculo con la bóveda celeste y los astros que mueven el tiempo, el sol, la luna y venus. Le sigue la serie de veinte signos de los días. El primero es el signo 1 Cipactli (cococrilo) que se orienta al este; la cuenta sigue hacia la derecha hasta concluir con el signo veinte Xóchitl (flor). La siguiente sección son los cuatro cargadores de los años comenzando al este, Acatl (tule), continuando hacia la derecha con Tecpatl (pedernal) , Calli (casa) y Tochtli (conejo), que se combinan con trece numerales, así cada signo tiene una carga de 13 años y juntos cumplen 52 años (4x13). Esta rueda Veytia trata de explicar la relación de la cuenta indígena y el calendario gregoriano, comenzando en 1701 y terminando en 1720.