El cerro Santa Lucía, una loma en el centro de la capital chilena, inicialmente sirvió como un bastión defensivo equipado con dos fuertes; más tarde, la administración de Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886), quien fue nombrado alcalde en 1872, realizó un extenso programa de renovación. Bajo la dirección del arquitecto Manuel Aldunate Avaria (1815-1904), una nueva carretera, iluminada con innovadoras luces de gas, cruzó la colina para dar acceso a una capilla construida en su cima. Los alrededores fueron rediseñados como un parque público con comodidades como fuentes y un mirador.
El cerro Santa Lucía, una loma en el centro de la capital chilena, inicialmente sirvió como un bastión defensivo equipado con dos fuertes; más tarde, la administración de Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886), quien fue nombrado alcalde en 1872, realizó un extenso programa de renovación. Bajo la dirección del arquitecto Manuel Aldunate Avaria (1815-1904), una nueva carretera, iluminada con innovadoras luces de gas, cruzó la colina para dar acceso a una capilla construida en su cima. Los alrededores fueron rediseñados como un parque público con comodidades como fuentes y un mirador.