Vista tomada desde Santa Teresa

Río de Janeiro permaneció como la capital de Brasil cuando el imperio se convirtió en república en 1889. En la década siguiente, Brasil fue el principal productor de café del mundo, con el estado de Río inicialmente como un centro clave. El rápido desarrollo del comercio en la región, que de otro modo sería apreciado por su belleza natural y la salubridad del aire, desató el crecimiento hacia el sur del centro histórico en la pintoresca bahía de Botafogo, dominada por el Pan de Azúcar (Pão de Açúcar). Construido en 1892, un túnel a través de las montañas entre Botafogo y el pueblo costero de Copacabana fomentó la migración costera de las familias adineradas y resultó en la expansión de la ciudad hacia el sur. Las fotografías capturan la capital en un estado de transformación a medida que la nueva construcción surgió junto a antiguas granjas y pueblos.