En este video de cinco canales, se observa desde distintos puntos de vista una de las escalinatas y una de las plazas de la gran pirámide de Cholula o Tlachihualtépetl, en Puebla. Acomodadas en los peldaños, así como en el césped que circunda la estructura piramidal trunca, un grupo de más de 300 estudiantes del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENCH) conforma un círculo sosteniendo mosaicos de color amarillo que en conjunto asemejan un sol. A la manera de las formaciones colectivas en las gradas de los estadios, las participantes giran sus cartones para producir una imagen en movimiento: en este caso, siguiendo el ritmo de un arpa, campanas y viola, el reverso color negro de los cartones va apareciendo como una luna que cubre poco a poco dicho sol.
La obra forma parte de la serie Eclipses, donde Pablo Vargas Lugo (Ciudad de México, 1968) apuesta, en distintas locaciones, por una “conmemoración del futuro”. En los diferentes sitios, más que anclarse a sus marcadores geográficos o históricos, apela a eventos que es posible predecir con cientos de años de antelación y que serán percibidos exclusivamente desde dicha locación. Mediante la secuencia rítmica de cartones en movimiento, se representa la traslación de la luna y la manera en que eclipsa al sol, un fenómeno visible esporádicamente, por un tiempo muy corto y apenas en ciertas latitudes. En cada video, el artista emula los eclipses del futuro: aquellos que vendrán en los próximos mil años. La serie comenzó con Eclipses para Austin (2009), video realizado en el estadio de futbol de la Universidad de Texas y que representa los de los años 2024, 2200, 2205 y 2343. Luego vino Eclipses para Cholula (2013), obra que apunta también el ocultamiento del sol por la luna en los distantes 2291, 2512, 2837, 2938 y 2983. Eclipses para Chapultepec (2014), correspondientes a los años 2261, 2291, 2512, 2743, 2837 y 2983, convocados en un video realizado en el Auditorio Nacional. Y su última iteración, Eclipses para Shanghái (2018), representando los que sucederán en 2309 y 2635.
Aun inscritas en distintos soportes, las interrogaciones sobre el tiempo y sus ciclos, así como del orden estelar y sus motivos como el espacio, la luna y el sol, aparecen en otras obras del artista como Moon Cycle (2006), Sunspot (2010) y la serie Fortunas (2008/2019), siempre con sus propias particularidades. En ese sentido, si bien la serie sobre los eclipses apunta hacia un futuro de mil años, en el caso de la obra sobre Cholula es imposible eludir la carga histórica del sitio y la profunda relevancia cultural que la observación de los fenómenos astronómicos tuvo en las culturas precolombinas.
Sobre esta obra, en uno de sus textos para la exposición Micromegas (Museo Amparo/Museo Tamayo, 2014), donde fue exhibida por primera vez, el curador Cuauhtémoc Medina escribió: “De modo elocuente, las acciones de Vargas Lugo consisten, precisamente, en escenificar el choque de motivos culturales y científicos: un campo donde su obra merodea, se escabulle y, de pronto, aparece para hacernos un cuestionamiento acompañado de un guiño. Sin buscar un puente o traducción, sino tan sólo la puesta en marcha de una estética de la comparación, esta conjunción de cultos solares, predicciones científicas, estética de masas y música esotérica muestra a la vez la constante fricción entre esos lenguajes, lo mismo que el potencial de su coordinación, montaje y juego sensible”.
Vargas Lugo colaboró en la fotografía con Rafael Ortega y en la música con el compositor Juan Cristóbal Cerrillo. Las cámaras fijas, desde distintos puntos de vista, permiten seguir los ocultamientos futuros del sol al ritmo de un ensamble de música contemporánea con Alexander Bruck en la viola, Janet Paulus en el arpa y Oscar Sánchez en las campanas tubulares.
Referencias:
https://www.pablovargaslugo.net/eclipses.html#
Cuauhtémoc Medina, “Mil años de sol”, en la publicación Sol. Pablo Vargas Lugo. Eclipses para Cholula, Museo Amparo, Puebla, 21 de junio de 2014. En línea: https://www.pablovargaslugo.net/eclipses.html#
https://vimeo.com/123204007
https://www.milenio.com/cultura/el-artista-que-puso-musica-a-los-eclipses-del-futuro