No sólo la historia, también el presente, están conformados por discursos en flujo que se transforman periódicamente de acuerdo con los criterios y prioridades de cada momento y contexto, estando sujetos a la modificación de sus interpretaciones, e incluso a su posible colapso.
A partir de motivos y costumbres provenientes de diversas culturas, referencias y vestigios, hemos construido la pluralidad del presente. Elementos provenientes de la cosmogonía mesoamericana, los ideales clásicos occidentales y las tradiciones originarias perpetuadas por herencia, se combinan con los contextos violentos y marginales que marcan a nuestro país en la actualidad. Estos vestigios contemporáneos nos permiten inferir las dinámicas económicas y sociales que signan el presente, integrándose al proceso cambiante de interpretación de la historia.