Esta obra de principios del siglo XIX y de factura un poco más tradicional y regional, representa a san Juan Nepomuceno dentro de una habitación, con un rompimiento de gloria, rodeado por recuadros con escenas de su vida, martirio y muerte, enmarcados con sinuosas líneas doradas. Al centro el santo aparece vestido como universitario, con sus cuatro mucetas, cada una con el color de la facultad de la que se ha doctorado, así como el bonete con las borlas de los mismos colores.
En el suelo de la escena principal se puede leer “A devocion de Da Maria Petra Escontria Guadalajara, Junio 7 de 1805”, lo que aclara que una dama en la ciudad de Guadalajara pagó la obra en la fecha específica de 1805. Quizá las mucetas del santo sean, por lo tanto, de la Universidad de Guadalajara, fundada en 1791 en la capital de Nueva Galicia (Guadalajara).
En los recuadros se representan pasajes de la hagiografía de Nepomuceno. En la base, dispuestos en una franja inferior, hay cuatro recuadros del mismo tamaño. Sobre los dos de los extremos hay otros dos dispuestos verticalmente. La narración empieza con el ubicado en el ángulo inferior izquierdo, y corresponde a la escena del encuentro entre el rey Wenceslao y el santo. En el siguiente, a la derecha, se le ve confesando, presumiblemente a la reina, con el bonete colgado en lo alto del mueble. A continuación, Nepomuceno y el rey aparecen sentados a la mesa, quizá cuando el tirano pidió al santo que le revelara los secretos de confesión de su mujer. En el extremo derecho se ve cómo unos verdugos queman el torso desnudo de Juan, castigo por no haber quebrantado su voto. Aquí el orden de los pasajes cambia pues sobre este último recuadro se encuentra uno que cronológicamente no corresponde con la narración. Sobre éste, sin embargo, se ubica la siguiente escena en orden cronológico, donde se ve al santo apresado en una cárcel.
El pasaje siguiente está representado del otro lado, en el recuadro central del extremo izquierdo, y expone el momento en el que el cuerpo del santo es arrojado desde el Puente Carlos al río Moldava. Exactamente enfrente de éste se ubica el siguiente episodio: el cuerpo flotando por el río hasta la orilla en donde sería descubierto. La última escena es la más alta del lado izquierdo, y representa a Nepomuceno ya en el cielo, acompañado de dos angelillos.
La obra, por lo tanto, muestra al santo como una presencia que puede servir para los fines devotos del rezo -de pie y dignificado-, así como una secuencia de su vida -en los recuadros-, que serviría como fuente de información y reflexión sobre los valores que defendió. En este sentido esta obra representa un tipo de pieza creada para satisfacer las devociones populares y no institucionales, de una forma armónica, original y efectiva.
Esta obra de principios del siglo XIX y de factura un poco más tradicional y regional, representa a san Juan Nepomuceno dentro de una habitación, con un rompimiento de gloria, rodeado por recuadros con escenas de su vida, martirio y muerte, enmarcados con sinuosas líneas doradas. Al centro el santo aparece vestido como universitario, con sus cuatro mucetas, cada una con el color de la facultad de la que se ha doctorado, así como el bonete con las borlas de los mismos colores.