Salas de Arte Virreinal y Siglo XIX
Medalla de monja con Inmaculada Concepción y santos | Salas de Arte Virreinal y Siglo XIX | Museo Amparo, Puebla
Medalla de monja con Inmaculada Concepción y santos | Salas de Arte Virreinal y Siglo XIX | Museo Amparo, Puebla
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José María Vázquez

Medalla de monja con Inmaculada Concepción y santos

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Período 3 Siglos XVIII- XIX
Período 4 Siglos XVIII- XIX
Técnica Óleo obre cobre
No. registro VS.BI.007
Período Siglos XVIII- XIX
Medidas 23.5   x 21  cm
Investigador

Se trata de una pintura de pequeño formato sobre cobre, de las que llevaban en el pecho las monjas de algunas órdenes como la concepcionista, las jerónimas y en ciertos casos agustinas y dominicas, como un distintivo grupal y personal.

Estos objetos han sido llamados generalmente “escudos de monjas”, pero en la época virreinal era muy poco frecuente el término escudo, y solían nombrarse constantemente como “medallas de pecho”.[1] Al parecer reemplazaron unas insignias llamadas veneras, fabricadas de oro, piedras preciosas o esmalte, que solían llevar las monjas en sus hábitos. Se cree que fueron una respuesta a las reformas impuestas por el arzobispo de México Francisco Manso y Zúñiga (1629-1635) a las órdenes de religiosas que consideró demasiado ostentosas y contrarias al voto de pobreza, pues entre otros asuntos prohibió que se siguieran usando las veneras. Las monjas entonces empezaron a usar estas pequeñas pinturas, que no quebrantaban la prohibición, pero que al mismo tiempo permitían expresar su devoción por medio de un bello objeto de carácter preciosista.[2]

Por lo general estas pequeñas obras, casi como pinturas de gabinete, eran realizadas por los grandes pintores que trabajaban regularmente en formatos mayores, por lo que en muchos casos están firmadas. La medalla del Museo Amparo, por ejemplo, está signada por José María Vázquez, discípulo del pintor académico Rafael Ximeno y Planes en la Real Academia de San Carlos.[3]

Con muy buen oficio representa a la Inmaculada Concepción al centro, con los brazos cruzados en señal de humildad. A lo alto se prepara para coronarla la Santísima Trinidad, flanqueada por los sagrados corazones de Jesús y María, devoción en pleno auge a finales del siglo XVIII. Una serie de personajes aparecen a cada lado de María, dispuestos en hileras, pero de manera asimétrica. Junto a la Virgen, más o menos a su altura, están los arcángeles san Miguel y san Rafael, uno de cada lado. Al extremo izquierdo aparecen san José con el Niño, y al derecho san Luis Gonzaga, un poco arriba, y san Juan Nepomuceno, un tanto abajo. En una hilera inferior, a la derecha, están san Francisco de Asís y santa Teresa. Del otro lado se ubica san Felipe Neri, que señala hacia el borde del marco. Todavía más abajo aparecen san Joaquín y santa Ana, a sendos lados de la Virgen, con la que se encuentran unidos por unas ramas verdes, señal de su fertilidad milagrosa. Junto a la madre de María, un poco arriba, se ubica san Ignacio de Loyola. Por último, abajo de todo y en el centro, aparece santa Inés, con su pequeño cordero. 

El marco de la medalla no es el original, pues éstos solían ser de concha de carey. Arriba de toda la composición, y siguiendo la forma circular, una inscripción, aparentemente de grafito y añadida con mucha posterioridad, reza: “Pinto Michel Angel el año de 1633, Roma”, lo cual no tiene sentido ni siquiera por las fechas, ya que el famosísimo artífice vivió de 1475 a 1564; además de que, como se dijo, está firmada por Vázquez y se localiza entre san Joaquín y santa Inés.

[1]. La Mtra. Nuria Salazar explica el uso del término en los inventarios de monjas, principalmente concepcionistas, los cuales ha estudiado por años. En sus palabras “de 100 casos, en uno aparece la palabra escudo, en tanto que los otros 99 nombran al objeto medalla de pecho”.

[2]. Pierce, Donna, Rogelio Ruiz Gomar y Clara Bargellini, Painting a New World. Mexican Art and Life 1521-1821, Introduction by Jonathan Brown, USA, Denver Art Museum, 2004, pp. 216-218.

[3]. Cuadriello, Jaime, Catálogo comentado del acervo del Museo Nacional de Arte. Nueva España, tomo I, México, Patronato del Museo Nacional de Arte, UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, CONACULTA, INBA, 2000, pp. 166-167.

Se trata de una pintura de pequeño formato sobre cobre, de las que llevaban en el pecho las monjas de algunas órdenes como la concepcionista, las jerónimas y en ciertos casos agustinas y dominicas, como un distintivo grupal y personal.

Obras de la sala

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