Cultura | Tradición Mezcala |
Región | Cuenca media del Balsas |
Período | Preclásico tardío-Clásico tardío |
Año | 500 a.C.-900 d.C. |
Período 9 | Preclásico tardío-Clásico tardío |
Año | 500 a.C.-900 d.C. |
Técnica | Piedra desgastada y pulida |
Medidas |
1.2 x 2 cm (diámetro) | 44 cuentas |
Ubicación | Sala 7. La muerte |
No. registro | 52 22 MA FA 57PJ 1272 |
Investigador |
Las abundantes minas que se localizan en México fueron explotadas de modo intenso por los antiguos mesoamericanos y de ahí se abastecieron de amplias variedades de piedras finas que permitieron a lo artistas desarrollar complejos trabajos de lapidaria; otro medio de obtención de la materia prima fue la recolección a flor de tierra o en lechos de arroyos o ríos.
Aunado a la materialidad y cualidades físicas -por ejemplo el color- de los objetos, en este caso un ornamento, entre los valores culturales que se les atribuían desempeñaba un papel principal la procedencia de la misma materia prima. Las exóticas, que llegaban de tierras lejanas, otorgaban un gran prestigio a sus portadores y, de otra parte, para los estudiosos su hallazgo en contextos originales sirve para atestiguar las complejas redes de intercambio y comercio que existieron a lo largo del vasto y diverso territorio pluricultural mesoamericano. En tal sentido, las materias podían viajar y trabajarse en talleres próximos a los sitios donde se demandaban los objetos, o bien, éstos llegarían ya terminados, lo cual implica que en algunas regiones había tradiciones lapidarias más desarrolladas y reconocidas con el conocimiento especializado requerido para los distintos tipos de piedras.
Por lo que toca a la joyería, además de los collares de cuentas, en piedra se elaboraron orejeras, bezotes, anillos, brazaletes, pulseras, pendientes, máscaras e incrustaciones. Los ornamentos se usaron en la vida diaria, en ocasiones especiales y como parte de los ajuares funerarios.
Este collar cuenta con numerosas cuentas semiesféricas de piedra fina y dura, con algunos matices de coloración diferentes, el que predomina es el café medio grisáceo; se alternan cuentas con la superficie lisa y cuentas con un canal o una ranura central. La pieza testimonia la importancia de la ornamentación, acaso la jerarquía elevada de la mujer o el hombre que lo usó y definitivamente la existencia de una industria lítica en Mesoamérica.