La presente pieza corresponde a un cajete de paredes recto divergentes y con bordes irregulares evertidos. Su estado de conservación es excelente. Fue manufacturada en un barro café claro que se aprecia en unas porciones rotas muy pequeñas en los bordes. Sobre la arcilla se añadió un engobe. Se aprecia sobre la superficie total del cajete un baño de pintura roja bruñida de gran manufactura.
Esta cerámica es utilitaria, considerada para darle un fin práctico en la vida de las personas del México antiguo y su uso fue pensado para tomarlo con las manos con el objetivo de consumir algún tipo de alimento o bebida. Su finalidad práctica no descarta, desde luego, el posible uso votivo o ritual de la unidad por el bello acabado y decorado con pintura roja.
Dicho cajete es semejante a lo que algunos investigadores describen como Pánuco pasta fina, en su variante con baño de pintura roja, tipo cerámico diagnóstico de la Costa del Golfo, específicamente de la Huasteca veracruzana. Una de las características más representativas es lo detallado de su acabado de superficie, el cual corresponde a la técnica de bruñido. Dicho procedimiento es el de mayor trabajo, pues requiere un tiempo más prolongado de tratamiento.
Cabe señalar que entre las formas principales del tipo mencionado, se encuentran cajetes de paredes delgadas que se dirigen hacia adentro, pero que también pueden ser verticales o divergentes. Dicha cerámica se asocia temporalmente a la fase Panuco III (200-500 d.C.) que corresponde aproximadamente al periodo Clásico Temprano de Mesoamérica.
La región cultural de la Huasteca estuvo habitada por múltiples sociedades desde tiempos Preclásicos (1200 a.C. -100 d.C.). Se ubica en el Noreste de México y comprende parte de los actuales estados de San Luis Potosí, el sur de Tamaulipas y la sección norte de Veracruz. Este territorio fue crucial para la historia de Mesoamérica, pues constituyó un punto de frontera y contacto con sociedades tanto del Norte de México, como del sur de los Estados Unidos, lo cual se evidencia en similitudes dentro de la cultura material (cerámica y objetos de concha) de la Huasteca y grupos de la región del Mississippi.
El medio natural de dicha área está marcado por la presencia de importantes ríos y cuerpos de agua. Desde luego al tratarse de un entorno costero, la impronta de contextos marítimos influyó de manera decisiva en las actividades desarrolladas por los grupos humanos que allí se asentaron a lo largo de la historia prehispánica de la Huasteca.
Esos ríos alimentaron un gran sistema de lagunas que brindaron importantes recursos pesqueros a los pobladores de la Huasteca prehispánica. La cuenca del río Pánuco, en este sentido, fue un referente geográfico y cultural para los pobladores de la región, ya que en ella se asentaron a lo largo del tiempo grupos de diferente filiación étnica como los teenek (huastecos). En la actualidad la región presenta un contexto multicultural, pues es hogar de muy variados grupos indígenas, entre las que se tienen sociedades de filiación nahua, otomí y pame.
Finalmente, consideramos relevante mencionar que el uso esta pieza, pudo haber sido como un objeto suntuario o de prestigio para los grupos de élite de la Huasteca. Depositado en un contexto sellado (funerario/ofrenda), lo cual permitió que su estado de conservación sea el óptimo.