En las artes visuales existen dos grandes categorías, la figurativa y la abstracta; en la primera las imágenes tienen un referente visual, físico o natural directo, mientras que en las abstractas no lo hay; este criterio clasificatorio asume por completo que lo figurativo y lo abstracto son categorías culturales e históricas, de modo que una forma que desde nuestro horizonte podemos percibir como abstracta, pudo ser totalmente figurativa para otras sociedades contemporáneas o de tiempos pasados.
En principio, podemos considerar que el cuerpo de esta vasija es abstracto, en tanto que replica una forma geométrica: un prisma semicircular que nos recuerda un arco. En el arte de la cultura de las tumbas de tiro, este tipo de formas geométricas no son extrañas, particularmente en el famoso acervo cerámico originario del valle de Colima que ostenta el estilo denominado Comala que se caracteriza por la síntesis tanto en el color como en la construcción formal, de ahí que incluso en las representaciones plenamente figurativas se vean elementos geometrizados en volúmenes básicos; asimismo, las piezas huecas escultóricas o tridimensionales con frecuencia presentan vertederas tubulares simples o con bordes que les otorgan cualidades de vasijas, de tal modo, en cuanto a las figuras abstractas, encontramos vasijas cuyos cuerpos son esféricos o prismas rectangulares, cuadrangulares u ovalados, entre otros.
Esta vasija puede considerarse un cántaro con base en la proporción de tamaño entre la abertura y el cuerpo; en un cántaro la boca no es tan amplia como en una olla ni tan angosta como en una botella. Nuestro cántaro está decorado con motivos esgrafiados en las vistas frontal y posterior del “arco” que enfatizan su curvatura: en ambas vistas se ven bandas delineadas, dos de las cuales presentan triángulos con diagonales en su interior. Los costados del “arco” también fueron decorados; en contraste, no son planos, sino que muestran ondulaciones modeladas en un sentido vertical. Las vistas laterales de la obra recuerdan con fuerza las calabazas que tan hábilmente modelaron los artistas de los talleres de la zona de Comala, por ello es factible señalar que la vasija es a la vez abstracta y figurativa, geométrica y naturalista.
En las artes visuales existen dos grandes categorías, la figurativa y la abstracta; en la primera las imágenes tienen un referente visual, físico o natural directo, mientras que en las abstractas no lo hay; este criterio clasificatorio asume por completo que lo figurativo y lo abstracto son categorías culturales e históricas, de modo que una forma que desde nuestro horizonte podemos percibir como abstracta, pudo ser totalmente figurativa para otras sociedades contemporáneas o de tiempos pasados.