La pieza que observamos presenta una pared curvo divergente, acentuada por su borde a media ojiva. El fondo es convexo con depresión, visible en la protuberancia circular que se revela en su base y, como su nombre lo indica, sobresale al interior de la vasija. Es importante mencionar el marcado desgaste del fondo, lo que nos indica su uso constante. Según la bibliografía que se consulte, la forma puede ser definida como cajete o cazuela.
Posee engobe de la misma tonalidad, el cual está pulido, con mayor énfasis en el interior, situación común en las formas abiertas. Mientras que, en el exterior, se suma una decoración lograda a través de incisiones llevadas a cabo posterior a la cocción del cajete. Dichos elementos, son característicos del tipo Anaranjado Delgado, material vinculado con la gran metrópoli de Teotihuacan y gracias a la técnica de ornamentación, podríamos establecer su manufactura después del año 250 d.C. (Fase Talmimilolpa Tardío), momento en el cual, la decoración por incisión en cerámica aparece dentro de los contextos arqueológicos.
Aunado a la incisión, se observan punzados redondos elaborados al mismo tiempo, es decir, antes de colocarlos al fuego. Las formas que se proyectan son líneas paralelas curvas y puntos. En la parte superior e inferior se precisan cuatro trazos circulares que abarcan el contorno total del cajete. Ambos conjuntos, delimitan otra serie de cuatro líneas subsecuentes que se asocian a la banda superior de forma semicircular o a manera de “U”, con un total de 10 formas. Debajo de ellas, una serie de cuatro o cinco punzados que las flanquean.
La repetición de los patrones y su confinamiento a un área determinada, generan un ritmo formal que, sin embargo, por sus formas ondulantes le otorgan a la pieza un cierto nivel de movimiento que se desplaza de manera horizontal. La irregularidad tanto de la incisión semicircular o del punzado, contribuyen a dicha percepción.
Debido a la carente homogeneidad del trazo semicircular, el espectador puede apreciar como el alfarero, al momento de decorar la pieza, inició las líneas de derecha a izquierda, muy posiblemente con la misma herramienta con la que logró el punzado, es decir, una especie de peine de madera o hueso de ápice puntiagudo.
Si bien no podemos ser concluyentes con el significado de la pieza, es factible precisar la idea de un espacio concreto, un arriba y un abajo, logrado por las ocho líneas que recorren todo el cajete. La forma semicircular o a manera de “U” que se vincula con la banda superior, y a su vez con los punzados que se encuentran debajo de ellas, podría evocarnos a nociones pluviales o de agua corriente, pues cabe recalcar que dentro de la iconografía teotihuacana, una de las representaciones del agua y su brillo se lleva a cabo con un ojo, de silueta similar a la “U”. Asimismo, la convención de goteo contenido, en este caso esquematizado, podría asociarse con los punzados.
La pieza que observamos presenta una pared curvo divergente, acentuada por su borde a media ojiva. El fondo es convexo con depresión, visible en la protuberancia circular que se revela en su base y, como su nombre lo indica, sobresale al interior de la vasija. Es importante mencionar el marcado desgaste del fondo, lo que nos indica su uso constante. Según la bibliografía que se consulte, la forma puede ser definida como cajete o cazuela.
