El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Figura femenina con dos rostros | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
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Figura femenina con dos rostros

Cultura Tlatilco
Región Valle de México
Período Preclásico
Período 9 Preclásico
Año 1500 -400 a.C
Técnica

Barro modelado, alisado, inciso con pastillaje y punzonado

Ubicación Bóveda Prehispánico
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 354
Investigador

Tlatilco fue una aldea agrícola del Preclásico mesoamericano, se tiene evidencia de que la zona fue poblada entre el 2500-1000 a.C., sin embargo, se considera que su periodo de mayor auge se dio entre el 1300-900 a.C. El poblado se ubicaba entre el río Cuartos, Hondo y Totolica, lo que hizo del terreno un lugar ideal para el trabajo agrícola.

La pieza muestra una figura femenina con dos caras y posee unas muy características pupilas circulares representadas mediante perforaciones.

La exageración de rasgos corporales es común en este tipo de figurillas, posiblemente con el objetivo de aludir a la fertilidad asociada a lo femenino. En este caso, la mujer posee muslos muy voluminosos, sin embargo, no tiene marcado el sexo; por otra parte, llama la atención que la forma de las piernas es una representación con cierta intención de conceptualización o figuración, pues no poseen rasgos realistas. Asimismo, la cadera es muy generosa, pero la cintura y el tronco resaltan por su delgadez, posibles indicios de que se trata de una mujer joven, cuyo potencial reproductor y de fertilidad permanece acumulado. Siguiendo la apreciación de abajo hacia arriba, se observa que el vientre es plano y posee un notorio ombligo señalado con una perforación; lo senos no son visibles, pues están cubiertos por un atavío: una especie de banda doble que rodea el cuello y baja por ambos lados del pecho hasta el abdomen; fuera de esta prenda, el cuerpo exhibe una desnudez total.

Los brazos de la mujer representada son unos muñones, demasiado cortos y desproporcionados, mientras que las manos y los pies apenas si están insinuados, sin dejar lugar para los dedos. La cabeza, por otra parte, es el segmento corporal más cargado de elementos y es desproporcionadamente grande, pues ocupa una tercera parte del cuerpo.

El cabello de la mujer representada se percibe corto y con un fleco que cae por la frente, este se enlaza con un tocado que rodea la cabeza por el lado izquierdo y se anuda en la parte superior, cayendo hacia el frente como una especie de coleta invertida; la banda posterior del tocado cae por la nuca y llega hasta el cuello. La superficie de la pieza presenta residuos de pintura ocre, mientras que el tocado conserva restos de pigmento rojo. El tocado y el cabello que rodea al cuello fueron elaborados mediante la técnica de pastillaje.

Sin duda, el rasgo más llamativo de la figura es la doble cara que comparte un solo ojo en el centro, pero que posee bocas y narices individuales. En los labios se percibe una ligera diferencia en la expresión de ambos rostros: el izquierdo parece tener una mueca más dura que el derecho, pues este casi sonríe. Es posible que la doble cara intente dar la idea de movimiento al girar la cabeza de izquierda a derecha. Por otra parte, tampoco se descarta la posibilidad de que esta figura represente algún tipo de deformidad, un mal congénito o un excepcional caso de siamesas: recordemos que algunos pueblos mesoamericanos consideraron las peculiaridades corporales como expresiones de lo divino.

Tlatilco fue una aldea agrícola del Preclásico mesoamericano, se tiene evidencia de que la zona fue poblada entre el 2500-1000 a.C., sin embargo, se considera que su periodo de mayor auge se dio entre el 1300-900 a.C. El poblado se ubicaba entre el río Cuartos, Hondo y Totolica, lo que hizo del terreno un lugar ideal para el trabajo agrícola.

Obras de la sala

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