El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Figurilla sentada con sus brazos extendidos y sus manos sobre las rodillas | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
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Figurilla sentada con sus brazos extendidos y sus manos sobre las rodillas

Cultura Huasteca
Región Costa del Golfo
Período Clásico tardío
Año 300-900 d.C.
Período 9 Clásico tardío
Año 300-900 d.C.
Técnica

Barro, modelado, puntillado, inciso, alisado, pellizcado, pastillaje

Medidas 17.4   x 9.2  cm
Ubicación Bóveda Prehispánico
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 1181
Investigador

Algunas piezas de este lote han sido remendadas, limpiadas o reconstruidas, sin alterar su importancia fundamental en sentido cultural o en limitar su uso de exhibición. Sin embargo, en otros casos, han sido muy modificadas en tiempos modernos, se han creado imitaciones o sencillamente falsificaciones en mayor o menor escala. Las tres piezas que siguen se hallan en esta muy variable categoría y son suficientemente dudosas para ser señaladas aparte.

Todas son de pasta fina y estilísticamente están relacionadas con las figurillas identificadas como del tipo “Pánuco C”. Estas figuras son de las más finas en la Huasteca, y se han hallado principalmente en el Golfo Norte, durante el Periodo Clásico. Y por consecuencia, son los más buscados y en ciertas circunstancias, sujetos a modificaciones.

En este caso, dos de las tres piezas se encuentran en una postura sedente con las piernas cruzadas y los brazos extendidos, con las manos sobre las rodillas. Esta posición ritual es común en distintas regiones de Mesoamérica. Se encuentran a través de la Costa del Golfo, y especialmente en el área Central Sur. Sin embargo, en el Golfo Norte es bastante menos común, probablemente reflejando diferencias rituales.

No obstante, lo importante aquí es la manufactura. Las dos piezas presentan cabezas grandes, fuera de proporción. Además, es probable que la pasta de barro con que se hicieron los cuerpos fuera diferente para las cabezas. Hay otros aspectos de tratamiento y atavíos que también son muy anormales y que requieren consideración para determinar el grado de autenticidad.

La pieza que aquí nos ocupa corresponde a una figura masculina sedente, elaborada mediante el modelado. Su postura es común en casi toda la Costa del Golfo de Mesoamérica y es una posición utilizada en distintos ritos desde etapas muy tempranas. Aunque es bastante usual encontrarla en el área Centro-Sur del Golfo, no parece ser abundante en piezas de la Huasteca.

El individuo tiene sus manos sobre las rodillas y con la mirada de frente. Su mano izquierda aparenta tener un guante con tres brazaletes protectores detrás. Estos pueden simbolizar la indumentaria que se usaba en alguna forma del rito del juego de pelota. El cuello es largo y tiene en su base un grueso collar o soguilla sin colgante Debajo de este adorno aparecen rastros en forma de cicatriz de lo que pudo haber sido antes una decoración de mayor tamaño en forma de listones unidos en “V” sobre el pecho. Sin embargo, es sólo una cicatriz y no puede ser confirmado con exactitud.

Por la cintura tiene representada una prenda de ropa por medio de una ligera capa de chapopote. Esta pintura cubre también el ombligo señalado por una perforación cónica. O sea el chapopote fue aplicado posterior a la manufactura y afinación de la superficie del torso. La cabeza es proporcionalmente grande con respecto al cuerpo. Su rostro fue hecho con molde y los detalles fueron retocados posteriormente. Los ojos tienen pupilas representadas por perforaciones cónicas. La nariz es grande y triangular y la boca subida. Los lados de la cara están marcados por las orejas y orejeras de tamaño mediano.

El tocado parece ser un bulto de pelo largo, pero es presentado casi como un casco, un turbante, o alguna especie de corona o mitra ritual. Está decorado con una banda ancha sosteniendo discos perforados que imitan algunas piedras preciosas como jade o serpentina. Esto simboliza un carácter de elite, de divinidad, o de gobernante. Hay una muy amplia variación de tocados y adornos en la Huasteca, pero aparentemente no se parecen a este ejemplo.

La parte posterior de la figurilla es simple sin decoraciones. El cuerpo originalmente estaba cubierto con un engobe color crema, ausente hoy en día. Una fractura moderna muestra que se trata de un barro compacto cocido a altas temperaturas con desgrasante fino de cuarzo.

La pieza tiene tierra muy aferrada en las incisiones de las manos, ombligo, ojos, orejeras y tocado. El acabado y el estilo le dan cierto parentesco con los del juego de pelota, así como con las figuras 1191 y 1195. Toda aquella agrupación corresponde a figuras femeninas. Este parece ser, en cambio, un personaje masculino más que una joven adolescente.

Estilísticamente, esta figurilla es mayormente del “tipo Pánuco C”, encontrado principalmente en el Golfo Norte durante el Periodo Clásico (300-900 d.C.). Pero esta pieza presenta aspectos de manufactura y presentación fuera de lo normal para tales figuras. Se requieren estudios de laboratorio. Surge la fuerte posibilidad que pudiera ser una mezcla de fragmentos auténticos, modificados y otros materiales en la figurilla.

Algunas piezas de este lote han sido remendadas, limpiadas o reconstruidas, sin alterar su importancia fundamental en sentido cultural o en limitar su uso de exhibición. Sin embargo, en otros casos, han sido muy modificadas en tiempos modernos, se han creado imitaciones o sencillamente falsificaciones en mayor o menor escala. Las tres piezas que siguen se hallan en esta muy variable categoría y son suficientemente dudosas para ser señaladas aparte.

Obras de la sala

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