Algunas piezas de este lote han sido remendadas, limpiadas o reconstruidas, sin alterar su importancia fundamental en sentido cultural o en limitar su uso de exhibición. Sin embargo, en otros casos, han sido muy modificadas en tiempos modernos, se han creado imitaciones o sencillamente falsificaciones en mayor o menor escala. Las tres piezas que siguen se hallan en esta muy variable categoría y son suficientemente dudosas para ser señaladas aparte.
Todas son de pasta fina y estilísticamente están relacionadas con las figurillas identificadas como del tipo “Pánuco C”. Estas figuras son de las más finas en la Huasteca, y se han hallado principalmente en el Golfo Norte, durante el Periodo Clásico. Y por consecuencia, son los más buscados y en ciertas circunstancias, sujetos a modificaciones.
En este caso, dos de las tres piezas se encuentran en una postura sedente con las piernas cruzadas y los brazos extendidos, con las manos sobre las rodillas. Esta posición ritual es común en distintas regiones de Mesoamérica. Se encuentran a través de la Costa del Golfo, y especialmente en el área Central Sur. Sin embargo, en el Golfo Norte es bastante menos común, probablemente reflejando diferencias rituales.
No obstante, lo importante aquí es la manufactura. Las dos piezas presentan cabezas grandes, fuera de proporción. Además, es probable que la pasta de barro con que se hicieron los cuerpos fuera diferente para las cabezas. Hay otros aspectos de tratamiento y atavíos que también son muy anormales y que requieren consideración para determinar el grado de autenticidad.
La pieza que aquí nos ocupa es una figurilla modelada, mostrando una mujer desnuda sentada con las piernas cruzadas. Este personaje está adornado con un largo ornamento que consiste en listones gruesos o soguillas anchas que sostienen un elemento de cuatro pétalos entre los senos. El atavío tiene un poco de similitud a decoraciones puestas sobre participantes en ritos de sacrificio en el área Centro-Sur del Golfo, pero no son típicos de la Huasteca.
En los brazos, por los codos, presenta brazaletes gruesos que casi parecen sogas. Las huellas de las manos están representadas por incisiones hechas antes de cocer la figura. El cuello es delgado y largo. Los ojos están subidos con perforaciones cónicas, la nariz es triangular grande y los labios subidos con los dientes superiores aparentemente mostrados.
A los lados de la cara presenta orejas pequeñas y lo que parece ser orejeras de menor proporción, tal vez compuestas. El tocado tiene un chongo amarrado por una banda gruesa y una especie de disco central. La representación del pelo sigue alrededor de la cabeza inclusive en la parte posterior de la figura, un toque no muy común en este tipo de figuras. La cabeza, incluyendo el chongo y cuello, pertenece estilísticamente al tipo de figurilla del conocido “Pánuco C” en el área Golfo Norte del Periodo Clásico. El resto del torso y extremidades no parecen ser de estas figuras. De hecho posiblemente fue manufacturado fuera de las tradiciones Huastecas, tal vez moderna para utilizar una cabeza auténtica de otras proporciones.
La cintura por abajo del ombligo pudo haber tenido representación de algún atavío ahora ausente. El modelaje de las piernas inferiores es de mucho menor calidad que la cabeza, el torso y los brazos. De hecho parece un trabajo inconcluso o que fue puesto a quemar antes de secarse. La superficie fue aplanada posteriormente, pero antes de cocerse pudo haber tenido un engobe color crema. El cuello parece tener cicatrices de alguna otra decoración o de algún tratamiento del cuello, dándole una apariencia arrugada y oscura actualmente.
La mezcla del barro fino de esta figura no parece consistente, de hecho la cabeza y posiblemente el cuello se aprecian diferentes al resto de la figura. La pieza pudo haber sido modificada con partes auténticas y otras no auténticas. Esta posibilidad requiere un análisis de laboratorio. Además, la figurilla presenta varias roturas modernas remendadas con pegamento.